Macron apoya en Rabat la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental
Al mismo tiempo, el presidente aseguró que “esta posición no quiere ser hostil a nadie”, en referencia indirecta a Argelia, que es aliado del Frente Polisario que reclama la independencia
París
Fruto de un cambio estratégico decidido en julio pasado, el presidente francés, Emmanuel Macron, oficializó este martes ante el Parlamento marroquí en Rabat su apoyo a la soberanía del país sobre el Sáhara Occidental, pese al riesgo de enemistarse con Argelia. En un discurso para relanzar las relaciones entre ambos países, Macron reafirmó que “para Francia, el presente y el futuro de este territorio se inscribe dentro del marco de la soberanía marroquí”, arrancando encendidos aplausos de los diputados puestos en pie en el hemiciclo. Al mismo tiempo, el presidente aseguró que “esta posición no quiere ser hostil a nadie”, en referencia indirecta a Argelia, que es aliado del Frente Polisario que reclama la independencia.
Macron añadió que el plan de 2007 del rey Mohamed VI de integrar el Sáhara Occidental a Marruecos a través de una autonomía “permite abrir una nueva página” para todos aquellos que quieren actuar “dentro de un marco de cooperación regional en el Mediterráneo, con los países vecinos de Marruecos y con la Unión Europea”. En este sentido, avanzó que los operadores y empresas francesas “acompañarán el desarrollo de este territorio con inversiones de iniciativas sostenibles y solidarias en beneficio de la población local”.
En el primero de los tres días de visita el lunes de Macron a Marruecos, tras una reunión entre el presidente francés y el rey Mohamed VI ya se publicó una declaración común en que se afirma que el plan del rey marroquí “constituye a partir de ahora la única base para llegar a una solución política justa, durable y negociada conformemente a las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”. Este cambio de postura francés respecto al equilibrio histórico que había habido sobre la cuestión se inició con una carta el 30 de julio pasado de Macron a Mohamed VI con que París intentaba poner fin a tres años de malas relaciones con Rabat.
A su vez, este anuncio de julio ha empeorado las relaciones con el presidente argelino Abdelmadjid Tebboune quien anuló la visita oficial que debía hacer este otoño a Francia. Además, se retiró al embajador de París y se han suspendido lo esencial de los contactos diplomáticos. En agosto de 2022, Macron efectuó una visita oficial a Argelia en que se puso en marcha una comisión de memoria histórica sobre la colonización y la guerra de independencia que ahora también está parada. Según los medios franceses, este acercamiento a Argel no ha acabado de cuajar y se tienen dudas sobre la capacidad de Tebboune y el régimen de reformar el país. En cambio, se valora Marruecos como un Estado más fiable en el norte de África y con mayores posibilidades de desarrollo económico, por ejemplo, para relocalizar cadenas de producción francesas y europeas.
No es por casualidad que, durante esta visita de Macron, ya se hayan anunciado 10.000 millones de euros de inversión de empresas francesas. Entre ellas, un contrato de TotalEnergies para la producción de hidrógeno verde en la región atlántica de Guelmim-Río Nun, en el llamado proyecto Chbika, para exportar 200.000 toneladas al año de hidrógeno a Europa a través de la explotación de paneles solares y eólicas que transformarán el agua salada.