Máximo Huerta, incomunicado tres días junto a su madre por la DANA: "Esto va a marcar a una generación"
El escritor se quedó atrapado en la carretera A3 por la DANA. Logró regresar a su casa de Buñol y se quedó tres días incomunicado con preocupación por su familia
La Ventana a las 16h | Máximo Huerta, atrapado e incomunicado por la DANA
26:29
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1730473017683/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Madrid
Este miércoles, el escritor y periodista Máximo Huerta tenía previsto presentar en Madrid su nuevo libro, Mi pequeña librería, pero la DANA que afecta a gran parte de España truncó sus planes. La autovía A3, la principal vía de acceso a la capital desde la Comunidad Valenciana, quedó anegada e impracticable, y Huerta se vio obligado a regresar a su casa en Buñol tras pasar varias horas atrapado en su coche. El autor ha compartido su experiencia en sus redes sociales: "La autovía A3 estaba cortada e inundada. Tras horas en el coche he llegado a casa. Estoy en Buñol. Mi abrazo a todos los afectados, que son muchos, demasiados".
Huerta se ha pasado por La Ventana para compartir su experiencia durante estos tres días. Ha explicado que ha pasado "días de gran preocupación", especialmente al quedarse sin cobertura durante tres días junto con su madre, que sufre demencia). "Toda mi familia vive en Utiel. Estábamos incomunicados, sin radio, sin teléfono, porque no había luz. Mi madre me preguntaba qué estaba pasando, pero no podía darle una respuesta. Estos tres días han sido desesperantes. No sabíamos nada de la familia de Utiel, ni qué estaba pasando, ni la gravedad de la mañana siguiente. He podido hablar con mis primas, que han perdido los coches", ha comenzado relatando el escritor.
Huerta, que nació en Utiel, pero vive en Buñol, ha experimentado el impacto de la DANA tanto en el ámbito personal como profesional. Su librería, inaugurada hace poco más de un año en Buñol, también sufrió daños en la trastienda y en el baño. Para él, este desastre va a marcar "un antes y un después" en la Comunidad Valenciana. "Va a marcar a una generación como la riada del 57. Los azulejos de las casas de la época del 57 marcaban hasta donde había llegado el agua. No sé si habrá azulejos como en ese tiempo, pero sí que se recordará", ha dicho.
Ha reseñado, además, la angustia de recibir a plazos la información y la deshumanización de las víctimas, que se convierten en meros números conforme se va actualizando el número de fallecidos. "El goteo de cifras me chirría porque, si solo miramos el número, le vas quitando el nombre, edad y profesión a las personas. Esa ampliación de toda la fotografía y de la historia pequeña, esos dramas, es importante", ha reivindicado Huerta.
Preguntado por Marta del Vado por la situación actual de su madre, ha contado que es complicado explicarle lo que está sucediendo: "El presente continuo de la memoria le vuelve y no llega a ser consciente de la tragedia. Es una afortunada porque está conmigo, pero no me puedo imaginar a los ancianos que están solos en sus pisos, que no recuerdan si tienen que beber, los que no tengan agua, los que les toca hacer cualquier cosa y están incomunicados. Personas que ya han vivido otras tragedias", ha lamentado.
Isaías Lafuente ha preguntado a Huerta cómo empezaría la novela sobre este desastre. El escritor ha explicado que con la normalidad que antecede a la desgracia. "Empezaría la novela con un día de sol. Al principio de las novelas y de la vida, siempre pensamos que no va a pasar nada", ha asegurado. También ha resaltado algo que le ha llamado poderosamente la atención: el regreso de una comunicación interpersonal que pensábamos olvidada. "La gente hablaba por la calle. Como todo el mundo estaba sin teléfono, la gente hablaba entre sí. Hemos vuelto a hablar. Ayer los niños volvían a tirarse por las calles. Vi una parte amable, la gente se preguntaba y quería escuchar. En la cola de la carnicería había tiempo. El mismo tiempo que hace una semana, pero había tiempo para hablar y desahogarse", ha finalizado el escritor.
Álvaro García-Dotor
Periodista cultural. Redactor en La Ventana.