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Opinión

Los que pretenden destruir la democracia crecen en el terreno que se abona

La indignación de los afectados está más que justificada, pero nunca debe ser utilizada para los que encuentran en la tragedia la mejor fórmula para desestabilizar

En el terreno que se abona crecen los que pretenden destruir la democracia | La firma de Àngels Barceló

Washington (Estados Unidos)

Les saludamos desde Washington, la capital de Estados Unidos. Hola, muy buenos días. Porque faltan poco más de 24 horas para que abran los colegios electorales y para que culmine un proceso electoral que mantiene al mundo en vilo. Un proceso electoral que ha tenido de todo, un candidato retirado y otro montado en la mentira, el insulto y la descalificación galopando hacia un terreno desconocido. Desconocido porque una victoria de Trump en las elecciones de mañana sería la victoria de alguien dispuesto a ajustar cuentas, de alguien que ya conoce la Administración por dentro y de alguien que en estos últimos cuatro años ha tenido capacidad para armarse y de rodearse de aquellos dispuestos a llevar a la administración estadounidense a un lugar ignoto cuyas consecuencias repercutirían en todo el mundo.

En el terreno que se abona crecen los que pretenden destruir la democracia | La firma de Àngels Barceló

Lo que pase mañana aquí hace que medio mundo contenga la respiración. Pero, mientras, hay un lugar en España donde su preocupación no es la gran geopolítica, su preocupación es la supervivencia. Ahora, casi una semana después del paso de la DANA, sale a flote la indignación de los que, durante este tiempo, se han sentido abandonados.

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Cuando todo esto pase, cuando en Paiporta, en Alfafar o en Chiva se recupere algo parecido a la normalidad, aunque nunca será la normalidad de antes, habrá que analizar e investigar de una manera muy exhaustiva qué es lo que ha pasado, en la previsión, en las alarmas y en la gestión de la tragedia. Es evidente que son muchas las cosas que han fallado. No estamos hablando de una zona remota ni de unas características orográficas que dificulten el acceso, estamos hablando de localidades pegadas a la ciudad de Valencia, a pocos kilómetros del centro de la ciudad, pero que desde el martes se han alejado miles de kilómetros.

La indignación de los afectados está más que justificada, llevan una semana sacando el barro con sus propias manos, sin comida, sin agua y muchos sin localizar todavía a los que les faltan. Pero esa comprensible indignación debe encontrar sus cauces y, sobre todo, nunca debe ser utilizada para los que no piensan en la solidaridad, sino que encuentran en la tragedia la mejor fórmula para desestabilizar y crear el estado de confusión propicio para generar desconfianza en la política.

Y esto es lo que pasó ayer en Paiporta, donde a los vecinos desesperados se unió una ola de aprovechados que tienen un sentido especial para captar y capitalizar los descontentos. Y todo esto con el sonido de fondo de algunas declaraciones políticas y mediáticas que contribuyen a generar ese caldo en el que chapotean muy a gusto demagogos y populistas.

Cuando la tragedia es de tales dimensiones, cuando la emoción y la vulnerabilidad de los afectados está tan a flor de piel, hay que ser especialmente cuidadoso y, sobre todo, aquellos que tienen algún tipo de responsabilidad en la política o en los medios. Si no en el terreno que se abona crecen los que pretenden destruir la democracia.

Cacerolada en Valencia en protesta de la gestión de la DANA

Àngels Barceló

Àngels Barceló dirige y presenta 'Hoy por hoy'...