"Encontramos un bebé sin cabeza y con su hermana abrazada": el horror de la frontera y su papel en las elecciones de EEUU
La inmigración ha sido uno de los temas centrales de la campaña electoral en EEUU. Nunca se ha hablado tanto en campaña del muro o del control fronterizo y esto podría ser definitivo en estados clave como Arizona. Cruzamos la frontera y hablamos con migrantes y personal del equipo de búsqueda y rescate, testigos diarios de todo tipo de tragedias
Enviado especial a Arizona
Entre los temas más decisivos en la 'foto finish' de la cita electoral del próximo martes en Estados Unidos está la inmigración. El expresidente del país Donald Trump sigue poniendo el foco en criminalizar a los migrantes y en prometer deportaciones masivas. Nunca se habló tanto en campaña del muro o del control fronterizo, el año pasado se batieron todos los récords de entradas irregulares y todas las encuestas auguran que en estados clave como Arizona podría ser el asunto definitivo para decantar la balanza, no solo allí, sino de estas elecciones.
Hemos recorrido ese muro fronterizo, sin terminar, que a modo de cicatriz sigue siendo escenario de dramas de los que no hablan los candidatos.
Verter miedo y deshumanizarlos. La táctica de Trump le está dando muchos resultados en el voto adelantado y en las encuestas, incluso en Arizona, el único estado de los siete claves que comparte frontera con México, donde la realidad es muy diferente a la que describe el candidato republicano a la Casa Blanca.
Horror en el equipo de rescate en la frontera Arizona-México
"Cuando andábamos buscando nosotros encontramos a tres pequeños en el desierto. Una niña aproximadamente de 11 a 12 años y otra de 6 años y un niño de 8 meses a un año. El niño no tenía cabeza y la hermanita mayor lo tenía abrazado y estaba comida en el costado y la otra niña estaba a varios pies de distancia y estaba comida de la espalda. Si hubiéramos llegado un día antes, pensamos que quizá los hubiéramos encontrado con vida", asegura a la SER Óscar Andrade, capitán del equipo de búsqueda y rescate Capellanes del Desierto en la frontera de Arizona con México, donde es testigo casi a diario de escenas dantescas.
"Hay mucho león de montaña, que son los pumas. Ese animal si viera a una persona indefensa, pues ataca. Hay zonas donde tenemos peligros de osos", explica Andrade. Los Capellanes llevan 4 años haciendo esta labor voluntaria y solo en lo que va de 2024 tanto el número de rescatados con vida como de cadáveres recuperados se han disparado: "En Arizona, Nuevo México y Texas llevamos una cifra de 230 que se han rescatado con vida y unos 65 cuerpos recuperados", comenta.
De media, cada semana encuentran al menos dos cadáveres. Eso hacen más de 350 en estos cuatro años, solo en este trozo de la frontera con México.
El reto de identificar los cuerpos
Identificar los cuerpos, o lo que queda de ellos, supone todo un reto. Cuando lo consiguen es gracias a la información que les envían las familias que buscan a sus seres queridos, pero a veces resulta imposible. "Uno de los que venía dice que encontró un cementerio. Hay muchos esqueletos y parece que hay esqueletos de niños y hay algunos con el teléfono en la mano".
Andrade lleva 11 años en Estados Unidos, es de Nogales y llegó buscando refugio por extorsiones y le concedieron el asilo porque intentaron matarlo a balazos. Sabe bien lo que es buscar un lugar seguro para su familia y por eso rechaza los mensajes de Donald Trump sobre sus planes de supuestas deportaciones masivas.
"La mano de obra en fábricas, en restaurantes, en la construcción... Hay un 60% es mano de obra ilegal. Es gente indocumentada y si no hay esa mano de obra el país se va para abajo". Andrade asegura que llevar a cabo deportaciones masivas sería "un golpe definitivo" a la economía del país. Él pudo entrar con el asilo concedido, pero la mayoría de los casi 2 millones y medio que cruzaron el año pasado la frontera de México con Estados Unidos, en una cifra sin precedentes que ha bajado en las últimas semanas por las medidas anti asilo de Biden, lo hicieron cruzando el desierto o intentando superar el impresionante muro metálico que separa ambos países.
Recuerdo a los que murieron en la frontera
La propia familia de Mario, durante 25 años en la patrulla Fronteriza, procede de ese otro lado, del mexicano. En Estados Unidos hay más de 33 millones de votantes de origen latino, la mayoría de México, muchos, incluso padres y abuelos de los ahora votantes, cruzaron al país de manera irregular.
"Este es un recordatorio de una de las víctimas que falleció del lado mexicano en un enfrentamiento fronterizo", recuerda Mario junto a unas flores y una fotografía de Jose Antonio Lena, un joven mexicano asesinado a tiros recientemente por la patrulla fronteriza estadounidense. Muchos encuentran la muerte porque las leyes de Estados Unidos les impiden entrar de manera segura. Hasta para Mario Agundez, que hasta su jubilación hace solo unos meses era jefe de la Patrulla Fronteriza, lo más duro ha sido ver como tantos sueños se siguen tornando en tragedias.
El otro lado de la frontera
En el lado mexicano también siguen con mucha atención la campaña electoral de EEUU. Con pasaporte europeo es muy fácil cruzar fronteras. A pie llegamos al lado mexicano, donde a solo unos metros está ya la asociación Kino en la que se refugian muchos de los migrantes. Aquí hay niñas pequeñas que llevan en algunos casos más de medio año viviendo aquí y esperando a que formalizar una petición de asilo a través de la polémica aplicación puesta en marcha por la administración Biden.
"Yo ya llevo seis meses desde que estoy acá. Humos de la violencia, del crimen organizado. Yo me vine porque traía un hijo de 17 y lo querían forzar a trabajar con ellos. Mi hijo se desesperó y regresó", dice esta madre de 32 años con sus 4 hijos. Todos siguen con mucha atención la campaña: "Preocupa mucho porque se escuchan rumores de que se va a cerrar la aplicación. Yo deseo que no gane Trump porque viéndolo bien es muy racista y lo liviano sería que ganara alguien que apoyara a los migrantes", explica.
Su amiga, con otros 3 niños y embarazada, también teme al candidato republicano: "Todos los migrantes están en si gana o no gana. Él dice que no quiere a los migrantes y Estados Unidos no es nada sin los migrantes".
Esta chica fue deportada hace seis meses, pero piensa volver a intentarlo. Mexicanos, salvadoreños, haitianos o una familia colombiana de Bogotá esperando a poder solicitar asilo y mirando de reojo a la campaña estadounidense.
Son los migrantes, los protagonistas involuntarios de una campaña en la que han sido reducidos a un puñado de tópicos racistas y falsos que algunos quieren transformar en la papeleta decisiva de estas elecciones. Curiosamente, en buena medida lo decantaron migrantes y sus descendientes, los latinos, que suponen más de un tercio de la población de Arizona.