La campaña electoral de los comicios de Estados Unidos del 5 de noviembre ha tenido de todo. Un debate surrealista que empujó al presidente Joe Biden a la renuncia, dos intentos de asesinato a Donald Trump, una campaña de mentiras sobre los inmigrantes haitianos orquestada por el candidato republicano y sus seguidores más fanáticos... Unos meses cargados de enfrentamientos en los que la nueva propuesta del Partido Demócrata, la actual vicepresidente Kamala Harris, ha emergido como una figura de consenso en un país que pasa por un momento de polarización extrema. Con Tim Walz (Gobernador de Minnesota) como candidato a la vicepresidencia, la campaña de Harris se ha centrado en su apoyo al derecho al aborto, un plan sanitario que busca hacer más asequible el cuestionado servicio de salud estadounidense o medidas más estrictas para el control de armas. Además, en política exterior, la candidata demócrata continúa con el discurso de Biden y promete un «apoyo férreo» a Israel, aunque se muestra más contundente que el presidente a la hora de pedir un alto el fuego y expresar su preocupación por la muerta de civiles en Gaza. Detallamos a continuación las principales propuestas de la candidata del Partido Demócrata. La vicepresidenta Harris promete continuar con el modelo económico de la administración Biden mejorándolo en algunos puntos fundamentales. Harris ha centrado su discurso en la atención sanitaria, infantil y de la tercera edad e impulsa los créditos fiscales reembolsables a las familias de clase media para ayudar a controlar los gastos de manutención. Este proyecto permite a las familias más humildes recibir una prestación mensual sin recurrir a préstamos con altos intereses. La candidata demócrata también ha propuesto elevar al 35% el impuesto de sociedades (frente al 28% de Biden) y ha centrado el foco en la vivienda asequible, calificándola como un derecho humano. Harris ha puesto hincapié en arreglar los problemas de deudas de la clase media y trabajadora estadounidense, que se encuentra ahogada por la elevada inflación. Como vicepresidenta, ha impulsado las iniciativas de la administración para reducir la deuda estudiantil y aliviar la deuda médica de millones de estadounidenses. En relación con los impuestos, Harris aboga por un plan que ayude a las familias trabajadoras y haga pagar más a los más ricos y a las grandes empresas. Sus esfuerzos se centran además en sufragar las ayudas a las familias que más sufren el aumento del coste de vida con impuestos a los que más tienen, dando subvenciones especiales a las familias con hijos. Su plan contra la inflación se centra en luchar contra los precios abusivos de las empresas en sectores clave como la vivienda y la sanidad, que elevan los costes de las familias. La vicepresidenta busca aumentar la transparencia en la fijación de precios, especialmente en el sector farmacéutico y energético. Kamala Harris ha intentado contrarrestar a lo largo de su campaña la dureza contra la inmigración de Donald Trump, pero refuerza las restrictivas políticas fronterizas de la administración Biden. La vicepresidenta es una firme defensora de aumentar el número de agentes de seguridad fronteriza y garantizar una reforma integral del plan de inmigración. La situación de la frontera entre México y Estados Unidos es uno de los puntos más criticados del gobierno del actual presidente demócrata, una situación a la que tratará de darle la vuelta Harris si consigue llegar a la Casa Blanca. Con respecto a la política exterior, Harris ha criticado abiertamente las prácticas económicas de China y su influencia en la región Indo-Pacífica, con especial atención del conflicto de Taiwán. Dentro de la política exterior estadounidense, el país norteamericano tiene la vista puesta en dos conflictos en particular: la invasión rusa de Ucrania y la guerra entre Israel y Hamás. Harris ya anunció el mes pasado una ayuda de 1.500 millones para asistencia energética y necesidades humanitarias al país presidido por Volodímir Zelenski. Como todos los aliados de la OTAN, EEUU ha defendido su compromiso con Ucrania. Con respecto a la guerra en Gaza y en Líbano, Harris ha repetido la postura de Biden de que Israel tiene derecho a defenderse, pero se mantiene firme pidiendo un alto el fuego en la zona y seguridad para las personas palestinas. La vicepresidenta ha pedido al Gobierno de Netanyahu que permita la entrada de ayuda humanitaria en Gaza y ha condenado el asesinato de miles de niños palestinos desde que comenzó la ofensiva israelí asegurando que Estados Unidos «no puede mirar hacia otro lado» con tragedias como la de Gaza. La política de Kamala Harris con el control de armas es bastante más restrictiva que la de su contrincante republicano. La demócrata aboga por prohibir las armas de asalto y los cargadores de gran capacidad, además de mantener las armas de fuego fuera del alcance de individuos peligrosos. Las propuestas del Partido Demócrata pasan por intentar reducir la violencia armada en Estados Unidos, pero tratando de garantizar el orden y la seguridad pública. A pesar de estas promesas, sonoras son las declaraciones de la vicepresidente a finales de septiembre en el programa de Oprah Winfrey, donde aseguró que si alguien irrumpía en su casa recibiría un disparo. “Probablemente no debería haber dicho eso. Pero mi personal lidiará con eso más tarde, prosiguió la aspirante demócrata, pide una regulación más estricta de las armas de fuego al mismo tiempo que defiende la posesión. El plan sanitario de Kamala Harris está centrado en garantizar la asistencia asequible para los estadounidenses, en especial la población más vulnerable. La vicepresidenta quiere incluir en el plan Medicare para reducir el coste de los medicamentos con receta, hacer más accesibles los tratamientos más delicados y ampliar los servicios de salud mental. Harris está poniendo su proyecto sanitario en el centro de su campaña continuando con los logros de la administración Biden sin ampliar demasiado el plan del presidente. Además de trabajar para rebajar los precios de los medicamentos, la demócrata aboga por trabajar conjuntamente con los estados para cancelar la deuda médica de millones de pacientes. El tratamiento del aborto ha sido uno de los temas más debatidos de la campaña electoral. La oposición frontal de Trump al aborto tardío se contrapone a la postura de Kamala Harris, que defiende la protección de los derechos reproductivos de las mujeres. La vicepresidenta se ha comprometido a apoyar cualquier proyecto que restablezca el derecho al aborto en todo el país y ha viajado a diversos estados durante la campaña para escuchar a las mujeres afectadas por las restrictivas leyes federales. Harris busca continuar con el plan de condonación de préstamos estudiantiles propuesto por Biden y avanzar en sus políticas de financiación de la deuda de las familias en materia de educación. La vicepresidenta también defiende la enseñanza de la historia de la comunidad afroamericana en Estados Unidos, así como se ha mostrado en contra de las leyes que restringen lo que los profesores pueden debatir en las aulas, desde la sexualidad hasta los derechos y las experiencias de la comunidad LGTBIQ+. La clave de su política educativa se centra en reducir la deuda de los estudiantes y hacer la educación más asequible aumentando la financiación de las escuelas públicas y ampliando el acceso a la educación superior para los jóvenes de las clases más bajas. El programa electoral de Kamala Harris recuerda que en su etapa como Fiscal General de California exigió responsabilidades a las empresas más contaminantes del estado y ganó varios acuerdos contra las grandes petroleras. Defiende Harris que, como presidenta «fomentará la justicia medioambiental, protegiendo los terrenos públicos y la salud pública, aumentando la resistencia ante los desastres climáticos, reduciendo los costes energéticos de los hogares, creando millones de nuevos empleos y continuando exigiendo responsabilidades a los contaminadores para garantizar un aire y un agua limpios para todos». Sus planes para defender el medio ambiente incluye una inversión de 500 millones de dólares en infraestructuras y tecnologías ecológicas. Harris pretende invertir en energías renovables, reducir las emisiones de carbono y proteger los recursos naturales de Estados Unidos para convertir al país en una potencia mundial de la lucha contra el cambio climático. La defensa de los derechos LGTBIQ+ ha sido una prioridad para el tándem Harris-Walz durante la campaña electoral continuando con las políticas que ha llevado a cabo Joe Biden durante su mandato para eliminar ciertas restricciones de la era Trump. Harris aboga por la aprobación de la Ley de Igualdad para luchar contra las discriminaciones en ámbitos como la vivienda y el empleo. Como Fiscal General de California y Senadora de los Estados Unidos ha luchado a favor de la igualdad matrimonial. Además, a diferencia de Trump, la vicepresidenta ha asegurado que defenderá los derechos de las personas transexuales frente a la hostilidad del candidato republicano.