Tres días atrapados en casa con el cadáver de su madre, que se puso muy enferma a la misma hora de la riada
Amparo y su familia pudieron salvarse de la DANA subiendo a la primera planta de su casa en Sedaví (Valencia), pero la fuerza del agua bloqueó la entrada con una montaña de coches dejándoles atrapados
Las estrechas calles de Sedaví con los coches apilados se convirtieron en uno de los símbolos de la devastación de la DANA. Son imágenes que dieron la vuelta al mundo. En una de las viviendas vive Amparo, nombre ficticio porque la protagonista no quiere revelar su identidad. Su madre se puso muy enferma el martes por la tarde, justo a la misma hora de la fuerte riada que lo inundaba todo, también la planta baja de la casa.
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Pudieron salvarse en la primera planta. Intentaron llamar emergencias pero fue inútil. Ya no contestaba nadie. El agua arrastró la montaña de vehículos y bloqueó la casa. Ya no pudieron salir y nunca pudieron llevarla al hospital. Su madre se murió horas más tarde, en la madrugada del miércoles mientras la situación se volvía apocalíptica. Se quedaron sin luz, sin agua y sin teléfono.
Amparo y su familia estuvieron tres días conviviendo con el cadáver. Hasta el viernes por la tarde no pudieron acceder los servicios de emergencias sanitarias para recoger el cuerpo. Amparo cree que falleció de un infarto pero está convencida de que nunca lo sabrá porque los servicios forenses están saturados.
Unas 325.000 personas y más de 75.000 viviendas
Unas 325.000 personas y más de 75.000 viviendas se hallan en la zona cero de la DANA que ha asolado la provincia de Valencia, en l'Horta Sud, con más de 200 víctimas mortales y centenares de desaparecidos. Así se deduce de los datos difundidos este sábado por el programa europeo de satélites Copernicus y que ha analizado el equipo de la catedrática de Geografía Humana de la Universitat de València (UV), María Dolores Pitarch.
Pitarch explica que tres días después de este episodio climático extremo se desconocen con exactitud los límites de la inundación, aunque en las imágenes facilitadas por Copernicus muestran la extensión con lodos y fango.
Los datos apuntan que las personas afectadas en las zonas que han "sufrido mucho" (no las que han registrado una mínima lámina de agua) y que se pueden considerar zona cero podrían ser unas 325.000, la suma de los habitantes de Alaquàs, Aldaia, Alfafar, Benetússer, Beniparrell, Catarroja, Lloc Nou de la Corona, Massanassa, Paiporta, Pincanya, Sedaví, Torrent, Xirivella y el distrito Poblats del Sur de la ciudad de València, especialmente La Torre y Castellar.
La Universitat de València calcula que allí hay unas 75.000 viviendas afectadas, que alcanzan un total de unas 1.600 hectáreas y numerosos polígonos industriales, que suponen más de 2.200 hectáreas en una zona que forma parte de la primera corona del área metropolitana de Valencia. Pitarch ha advertido de que en este área geográfica se dan varias particularidades que han agravado las consecuencias del gran caudal del agua, entre ellas que se estima que el 75% de las personas viven y trabajan "en lugares diferentes, por lo cual se mueven cada día".