Flores para el otoño y el invierno

La expresión «tener mano verde» es común en varios idiomas, como el francés, por ejemplo, y resume el buen hacer de ciertas personas con las plantas. En inglés lo suelen reducir a los dedos: green thumb (pulgar verde) o green fingers (dedos verdes), y quiere decir lo mismo que «mano verde». A lo largo de mis años cuidando y observando las plantas diría que es verdad que hay personas que son muy habilidosas con las plantas, que tienen buena mano con ellas. Una coincidencia, o que quizás no lo sea, es que me he encontrado con muchas abuelas con esa capacidad: cortaban un trocito de esqueje, lo pinchaban en una maceta, y enraizaba y se ponía a crecer. Mi madre también tenía mano verde. Me gusta pensar que detrás de ese éxito con las plantas, hay algo de magia, me encanta pensar que hay cosas que no se pueden explicar, aunque haya una lógica detrás de ello: poner las plantas con buena luz, no cometer excesos con el riego… Probemos con las violetas. Siempre que la veo, me emociona. Y no solo a mí, sino a todas las personas que la ven, que se fijan en su belleza: Con la violeta (Viola odorata) quero rendir homenaje a Valencia, porque en esa tierra todavía se cultiva. El padre de la botánica, el griego Teofrasto, contaba allá por el siglo I antes de Cristo que la violeta era una de las primeras plantas de flor en cultivarse para ser comercializadas en el mercado de Atenas. ¿Por qué este éxito de una flor que es pequeña, como la violeta? Pues, simplemente, porque tiene muchas cualidades: tiene un color precioso —evidentemente, violeta—, la forma de su flor es muy singular, tiene un aroma dulce, maravilloso, ¡y se puede comer y sabe dulce! Además, sus hojas tienen forma de corazón. Quizás por todas estas razones fuera una planta dedicada a la diosa griega del amor, Afrodita. Suele aparecer en muchas obras de arte, en los paisajes y acompañando a escenas tanto mitológicas como religiosas. Por ejemplo, Tiziano la incluye en sus composiciones. En el Museo del Prado, por ejemplo, es una de las 10 flores más representadas en sus obras de arte. En Valencia todavía quedan productores de esta flor, como en el pueblo de Benisanó, que comercializan esta maravilla de flor perfumada en las floristerías de la ciudad de Valencia. Sus flores se comienzan a recolectar ahora en noviembre, y la producción de violetas llegará hasta febrero, ya que es una planta que florece en los meses fríos, y deja de hacerlo cuando suben las temperaturas. Pues acompañando a algún arbusto o arbolito, para cultivarla al pie de él. Es una planta perfecta para hacer la base o la cama de otras plantas más altas. Le gusta que le dé el sol, al menos durante un par de horas al día, o que tenga muchísima luminosidad como poco. Yo la colocaré en dos o tres macetones, algunos con más sol, otros con menos, e iré viendo cómo evoluciona. Así podremos hacer algún día un ramito de flores de violeta, como en la canción de Cecilia.

Flores para el otoño y el invierno

Las violetas olorosas son plantas perfectas para tener colorido y ambientado nuestro jardín durante los meses más fríos

Eduardo Barba

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