Manuel Vicent, sobre la DANA en Valencia: "Lo que más me duele es la poca altura que han tenido los políticos"

Cuando Manuel Vicent era un niño, a la DANA no la llamaban por ese nombre ni como gota fría, sino como "la riada de septiembre". El escritor, nacido y criado en el Mediterráneo, conoce bien el fenómeno, y por eso cree que la manera en la que se forma podría ser aplicable a lo que hoy pasa en política. "La confrontación es como un mar caliente", ha explicado a Mara Torres, a quien también le ha confesado que, después de la catástrofe, "lo que más me duele es la poca altura que han tenido los políticos".

Vicent, que ha vistado El Faro bajo el seudónimo de 'Capitán Boira', haciendo honor a un amigo poeta, ha repasado junto a Torres algunos capítulos de su vida a través de varias canciones importantes para él. La música o el sonido, en general, es para el escritor "el sentido corporal que más profundamente llega, el que va más directamente al fondo del cerebro". Por eso, escuchar de nuevo 'Mi casita de papel' lo lleva a una feria a la que fue con cinco años y oír el sonido del violín en 'La leyenda del beso' es atacarlo "directamente al corazón".

Este escritor, que según ha contado, no fue director porque en la escuela de cine un profesor no lo trató bien, se ha dedicado a las letras pero también al cuidado de sus perros y a pasar tiempo con los amigos. Con estos últimos ha decidido irse a un faro en este particular viaje, porque, según defiende "donde tuviera amigos, podría vivir, porque para mí la verdadera geografía es la de la amistad".

"La otra parte de esta novela tendré que escribirla desde el más allá"

Mara Torres ha utilizado el último libro de Vicent para hacer un repaso de su vida, porque 'Una historia particular' es una biografía que va de lo particular a lo universal, un siglo contado a través de su particular mirada. Una historia que, sin embargo, no llega hasta la actualidad. Por eso, Mara Torres le ha preguntado si tiene previsto escribir una segunda parte. "La otra parte hay que escribirla desde el más allá, por señales de humo, pero de humo de tanatorio", ha bromeado. Una idea que lo ha llevado a esta reflexión: "La última señal en esta vida siempre es de humo, de humo de tanatorio. Pero los tanatorios son como aeropuertos, maravillosos. Te llevan a un sitio donde están todos los que tú admiras y quieres, y a los que desearías haber conocido".