Qué aprender de otras catástrofes naturales: ni olvido ni resignación
"Es curiosísimo ver desde la Policía Foral de Navarra a unos policías locales de Cuenca. Eso es muy llamativo. Pero el caso es que una vez que están la maquinaria actúa muy rápido, muy eficazmente"
Aprender de otras tragedias, recordarlas, impedir que se repitan
Madrid
Nacho Carretero, desde Valencia, ha intentado lanzar un mensaje tímidamente positivo: "La cosa avanza. Se va mejorando poco a poco". Esto, a pesar de que el destrozo es mayúsculo, que sigue habiendo desaparecidos y que mucha gente no puede, y tal vez no pueda nunca, volver a sus casas. Pero este lunes, Nacho vio a una vecina decir: "Mira, ya se ve la acera", y le dio ternura: "Por fin, después de una semana de lodo y barro, ya ven la acera de su calle. Es verdad que que después de esos dos tres días de desamparo, porque hubo un gran desamparo y hubo un gran abandono, está el Ejército, y están los cuerpos de policía de toda España".
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Nacho comenta que "es curiosísimo ver desde la Policía Foral de Navarra a unos policías locales de Cuenca. Eso es muy llamativo. Pero el caso es que una vez que están la maquinaria actúa muy rápido, muy eficazmente". Dentro de esta avalancha de barro y malas noticias estas leves señales de optimismo, dice Nacho, hay que ponerlas en valor.
Hablamos de la gestión emocional de la tragedia pero hoy sobre todo nos concentramos en la digestión de la tragedia a medio plazo. Para ello sirve la experiencia de Juan Navarro, periodista de Castilla y León, que cubrió los devastadores incendios de Zamora, de la Sierra de la Culebra en 2022. Ninguna tragedia puede compararse con otra, especialmente ante un escenario tan devastador como el de Valencia. Pero sí hay enseñanzas importantes que los desastres naturales que estamos viviendo en los últimos años nos dejan.
La enseñanza fundamental tiene que ver con el cambio climático: que una DANA acabe con la vida de centenares de personas y provoque pérdidas imposibles de cuantificar, o que un incendio forestal se extienda hasta arrasar una extensión equivalente a una carretera de un kilómetro de ancho que se extendiera entre Barcelona y Madrid... Eso antes no pasaba. Que fenómenos naturales sean tan devastadores es consecuencia del cambio climático, y se ajusta exactamente a lo que los expertos llevan décadas advirtiendo.
En este sentido resulta imprescindible, explica Juan Navarro, prevenir, estar preparados y, como repiten siempre los bomberos, recordar que los incendios se apagan en invierno, cuando se desbroza el monte y se abren los cortafuegos. Y lamentablemente, en invierno, el monte está abandonado: "El culpable es el abandono. Es muy fácil culpar al rayo. Pero abramos el foco. Hay despoblación. ¿Por qué? Ese terreno está baldío. Ya no se trabaja. No hay un sector primario, firme, contundente, que trabaje, que cree calidad de vida, que cree vida en los pueblos. El sector de los bomberos también está abandonado a una precariedad galopante. Las condiciones de esos bomberos, que a su vez es gente joven, muchas veces de la tierra, con ganas de quedarse y de prosperar, son bárbaras. ¿Pero cómo van a prosperar si en muchos territorios no llega ni internet? Son carreteras olvidadas, recursos olvidados, infraestructuras escasas", recuerda.
Navarro reclama una mayor inversión por parte de la Junta de Castilla y León y del Gobierno central. Pero, sobre todo, un cambio de mirada: las ciudades colapsan, y puede que la solución esté en el campo. Y la única manera de minimizar los efectos de los desastres naturales que seguirán llegando es establecer "unas políticas firmes para recuperar el medio rural y generar empleo digno y calidad de vida". "De tal modo que alguien como yo, con 31 años, o vosotros, o la gente que nos escucha, tenga ganas de trasladarse para allá y de establecer un sistema de vida allí. En caso contrario nos vamos al hoyo", remata con convicción.
"Ahora hay verde, pero es un trampantojo"
Juan no quiere dejar el estudio sin recomendarle a los oyentes que visiten Zamora, para que la región no se olvide. "Ahora hay verde, pero es un trampantojo, es solo pasto, solo pasto verde. De fondo están los árboles negros, y las conciencias también. Se siente mucho el abandono. También esa resignación tan castellana. No quiero lanzar un mensaje pesimista, porque creo que hay muchas oportunidades. Pero insisto, lo supedito todo a que se apueste por ello".
En Valencia no puede pasar, no pasará sin duda porque la dimensión no lo permite. Lo que ocurrió en Zamora, que el foco informativo se posó sobre la zona durante tres o cuatro días: "Hubo videos en redes sociales, 'mira cuánto se ha quemado, pobre gente, pobres bomberos, pero otra vez se ha ido. La gente allí no es beligerante. Políticamente no importamos, no tenemos peso en el Congreso. Los grandes partidos no han conseguido trasladar a Madrid las reivindicaciones de su tierra y por tanto la sensación es de que ojalá esto se recupere. Pero un bosque tarda 50 o 60 años en rebrotar y con él las castañas, las setas, los pastos para la agricultura, para la ganadería, para el turismo rural, para las visitas del lobo, para todos esos recursos que podría dar la tierra".
Juan Navarro ha escrito un libro contra la resignación y el olvido, dos sentimientos contra los que luchar después de cualquier catástrofe.
Eva Cruz
Redactora en el magazine de 'Hoy por Hoy' desde...