El mundo seguirá rodando
Cuando Trump tome posesión, no se habrá acabado el mundo, aunque, desde luego, sí se habrá acabado una manera de ver a Estados Unidos y de relacionarse con él
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Madrid
Arantxa González Laya, que fue ministra española de Asuntos Exteriores en 2020 dijo hace poco que “compartir pesadillas es una manera de construir consensos”. Si tuviera razón, la elección de Donald Trump como presidente Estados Unidos, que es una verdadera pesadilla para la mayoría de los países europeos, podría llevarlos a un mejor consenso dentro de la Unión y a ponerse de acuerdo en muchos de los problemas que les aquejan en estos momentos.
No hay que confiar demasiado, pero sería una manera lógica de hacer frente a la inquietud que provoca la presidencia Trump y la imposibilidad de conocer con anticipación sus movimientos en los próximos cuatro años. Jacques Delors, de quien se celebra estos días el primer aniversario de su muerte, advirtió que la única manera en que Europa podría hacer frente a los cambios que se anunciaban en el mundo era unirse en torno a sus propios intereses y adoptar una actitud más firme contra los miembros que violen esas leyes comunitarias. Al fin y al cabo, como insistía en la televisión norteamericana esta misma madrugada, el famoso presentador John Stewart: “this is not the end”. Esto no es el fin.
El próximo mes de enero, cuando Trump tome posesión, no se habrá acabado el mundo, aunque, desde luego, sí se habrá acabado una manera de ver a Estados Unidos y de relacionarse con él. El mundo seguirá rodando. La duda es si Europa será capaz de no marearse.
Soledad Gallego-Díaz
Es periodista, exdirectora del periódico 'EL...