A las bravas
Humor

Marina Salas, su papel en 'Yo, adicto' y su placer culpable: "Me siento mal, pero es que me flipa"

La actriz catalana cuenta en 'A las bravas' que su papel en la serie que se acaba de estrenar la ha acercado a "una mujer maravillosa"

A las Bravas 3x09 | Marina Salas

Marina Salas ha dado vida a muchos personajes en su carrera como actriz. Fue Vilma en El Barco, Katina en Tres metros sobre el cielo y ahora Lola en Yo, adicto, la nueva serie de Disney +. Una serie basada en la novela autobiográfica de Javier Giner donde cuenta cómo tuvo que ingresar en un centro de desintoxicación y hacer frente a su adicción al sexo y a las drogas. Marina ha sido la encargada de encarnar a Lola, una mujer a la que ha tenido el placer de conocer: "Ella es una mujer maravillosa, se puede decir que tenemos una amistad, de hecho hace poco estuve en Barcelona, estuve con ella... Fue muy bonito para mí conocerla y también nutrirme de su personalidad... Es una mujer maravillosa, sí, porque es muy especial, es muy auténtica, es como que nunca había conocido a nadie como como ella", afirmaba.

A las Bravas 3x09 | Marina Salas

Raúl ha querido preguntarle a Marina por sus adicciones, pero desde el buen sentido: "¿Tienes alguna adicción, algún placer culpable? Algo así claramente nocivo como ver las galas de Gran Hermano", preguntaba. La actriz, entre risas, le ha confesado que su placer culpable es darse duchas largas: "Me encanta ducharme, las duchas largas es algo que yo no puedo... Me encanta el agua; te juro que me siento mal, de hecho cada vez que voy a la ducha mi chico me dice 'Marina, por favor'... A mí es que me serena, es como un sitio de paz... Hay algo del sonido del agua cayendo por ahí que me flipa y de hecho tengo grandes revelaciones yo en la ducha".

Las colaboraciones de Iker Jiménez en este programa ya son costumbre. Esta vez Raúl ha querido imitarle para hablar de fenómenos paranormales, lo que ha hecho que cuente un suceso que vivió él mismo en sus carnes: "Un día, por ejemplo, se me encendió sola la luz de la campana extractora de casa, había coincidido con la muerte de mi padre hacía como meses antes, pero es que no tenía ningún sentido porque no se fueron los plomos, no se fue ninguna luz de al lado, simplemente la campana extractora se encendió y se fue", aseguraba.

Aunque este no ha sido el único fenómeno que ha vivido el presentador: "Estábamos en el entierro de un amigo mío que murió muy jóven con 41 años, y es que este momento fue brutal. No había nada de viento ese día, nada de viento, pero justo llegó una ráfaga cuando entrábamos por el cementerio, una ráfaga de viento como de 5 segundos, que paró y hostia, eso me acojono, dije aquí o sea es es él que está diciendo algo".