Los devastadores efectos del cambio climático se han visto reflejados en la catastrófica DANA que atravesó España la semana pasada y que ha dejado una crisis humanitaria y natural sin precedentes, especialmente en la Comunitat Valenciana. 212 muertos y, al menos, 93 desaparecidos en la comarca sur de la provincia de Valencia, cercana al espacio natural protegido de la Albufera, que se ha visto enormemente afectado por las lluvias torrenciales. Aunque en estos momentos lo principal es solucionar la tragedia humana, no se debe olvidar el daño medioambiental que ha dejado este desastre en espacios protegidos como este. Un biólogo que trabaja en el parque natural, Javier Jiménez Romo, ha expresado su descontento con las políticas medioambientales en Hora 14. «Todavía nos está costando mirar hacia el drama ambiental teniendo en cuenta que estamos todavía sumergidos en la tragedia humana, que se está prolongando de forma insoportable», ha comenzado su intervención el experto, que ha indicado que ya tendrán tiempo de «analizar el agua, los sedimentos y toda la basura que ha llegado» «Ves el panorama y es como si hubieran descargado un vertedero en la marjal norte, con medicamentos y envalses de disolventes», ha indicado Romo, que apunta a que «cuando se habla de naturaleza y cambio climático se habla de vidas». «Lo estamos viendo. No estar preparados para algo que nos llevan décadas avisando los científicos, que van a ocurrir estas tormentas cada vez más fuertes y frecuentes que van a arrasar. Que no basemos nuestra planificación territorial en eso, que no cuidemos barrancos y ríos... cuando empiece a haber migraciones por falta de agua también nos asombraremos y diremos que habrá que hacer vallas mas altas», ha espetado el biólogo. Javier lleva 20 años trabajando en la Albufera valenciana y conoce perfectamente el entorno natural. Además de que el agua está más turbia de lo habitual, los efectos de la riada también se han notado en el ecosistema que rodea al lago. «Estamos en un camino muy lento de recuperarla desde el 86 (Dice de La Albufera). No tenemos políticas convencidas, si la negación climática es una aberración, la inacción climática o de defensa de la naturaleza es muy peligrosa, no porque los ecosistemas en efecto se dañan, sino porque dependemos de ellos para vivir», ha señalado el biólogo, que aboga por integrar más seriamente el cuidado de los ecosistemas en las políticas medioambientales. «Hay que mirar todos los espacios naturales que tenemos a nuestro lado y ver que esos nos están salvando y aportando, que somos parte de ese sistema. Lo primero, vamos a solucionar este insoportable drama humano y luego vamos a pensar, a parte de quitar barro y la basura, en hacer una planificación de limpieza teniendo en cuenta todo», ha proclamado Romo, aludiendo a las personas que viven cerca de otros espacios protegidos para que sean conscientes de que «todos somos susceptibles de este tipo de accidentes». «Nuestros gobernantes y políticas no van dirigidas a adaptarnos a este cambio climático que, por otro lado, tampoco mitigamos», ha sentenciado el biólogo.