"Su único objetivo es lucrarse": un catedrático de Comunicación Política explica por qué la desinformación está enturbiando el debate público

Madrid

En el clima de crisis y desinformación que vivimos, asistimos atónitos a la proliferación de discursos negacionistas sobre el cambio climático, incluso después de desastres tan devastadores como la reciente DANA en la Comunidad Valenciana. Paralelamente, intentamos comprender los factores que permiten el regreso de figuras polarizantes como Donald Trump al escenario político de Estados Unidos. Estos temas se cruzan en un fenómeno que el catedrático de Comunicación Política de la Universidad Rey Juan Carlos, Víctor Sampedro, define en un artículo de eldiario.es como pseudocracia: una democracia distorsionada por mentiras y manipulaciones.

En La Ventana, Sampedro ha explicado que vivimos en la política basada en la mentira, "que secuestra la atención pública, nuestras redes de comunicación interpersonal, a los medios y nos lleva a una 'pseudorealidad'. En el caso de Trump es que hará grande a América otra vez, en el caso de los negacionistas, que la DANA que es una gota fría más. El único objetivo es lucrarse", ha comenzado. Sampedro advierte además sobre los riesgos de desmentir directamente a los «autócratas falsarios», ya que esto sólo robustece su imagen pública.

El profesor ha contado el 'modus operandi' con el que aborda este fenómeno en sus clases. "Lo primero es no negarse a dialogar. Lo segundo es no entrar a un diálogo falso. No dejar que el troll viva de tu energía. Tienes que asegurarte de que hay unas condiciones mínimas de diálogo. Si alguien solo quiere deslegitimar tu posición sin aportar evidencias, habrá que decirle que se está repitiendo y que nos está haciendo perder el tiempo. Esa conversación no solo no es productiva, sino que es perjudicial", ha relatado Sampedro, que tiene claro que a estas personas no les interesa hablar de las víctimas, sino que tienen, en cambio, una posición tremendamente deshumanizante.

"Lo que hay que tener muy claro es que ellos no van a imponer ni los temas, ni la agenda, ni vamos a entrar en un debate de responsabilidades que es enmarcar y encuadrar. Solo el pedir cortar cabezas no puede ser la conversación. Hay que ir a las soluciones reales. Bertolt Bretch decía que los fascistas son 'fans' de las grandes palabras como Patria, pero que no tienen nada que aportar sobre soluciones inmediatas a los conflictos", ha seguido el catedrático que imparte las asignaturas de Opinión Pública y Comunicación Política.

Ha finalizado insistiendo en que la esfera pública debe humanizar el debate, centrarse en las personas y no en argumentos vacíos cuya única intención es desinformar y desestabilizar la democracia. "Hay que humanizar el debate. La gente está hartísima de marketing. No hay que jugar la carta del alarmismo, porque viven del dolor y del desconcierto, de la angustia ajena, porque no tienen realidad en la que apoyarse. No compremos su diálogo ni su lenguaje", ha concluido.

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