Consiguen combatir cánceres cerebrales infantiles con terapia celular CAR-T: "En uno de los niños el tumor desapareció por completo"
Esta terapia, con células inmunitarias modificadas genéticamente, redujo los tumores cerebrales de los niños y para uno de ellos "borró todos los rastros detectables de un cáncer cerebral que normalmente se considera incurable".
Las terapias CAR-T, basadas en usar linfocitos T del propio paciente modificados genéticamente para que tengan capacidad antitumoral, siguen dando buenas noticias. Hasta ahora se han probado con éxito en cánceres de sangre como las leucemias pero nunca en tumores sólidos. Por eso este ensayo, llevado a cabo en la Stanford medicine, es uno de los primeros éxitos contra este tipo de tumores y ofrece esperanza para los niños -y sus familias- que sufren tumores del cerebro y la médula espinal. Incluido el de glioma pontino intrínseco difuso (GPID), que hasta ahora se consideraba incurable. El hallazgo se acaba de publicar en la revista Nature.
"Es una enfermedad letal para la que hemos encontrado una terapia", ha dicho la autora principal del ensayo, la profesora Michelle Monje, experta en neuro oncología pediátrica. La terapia que han probado causa "regresiones tumorales significativas y mejoras clínicas" muy importantes. La media de edad de los participantes fue de 15 años, y sus tumores se diagnosticaron cinco meses antes de que se unieran al ensayo. Diez tenían GPID y tres tenían glioma difuso de la línea media de la médula espinal.
Resultados muy esperanzadores
De los 11 participantes que recibieron células CAR-T en el ensayo, nueve mostraron claros beneficios. Por ejemplo, presentaron "mejoría funcional en las discapacidades causadas por su enfermedad". A cuatro de ellos "se les redujo el volumen de sus tumores en más de la mitad". Pero el caso más sorprendente es el de uno de estos cuatro participantes. "Tuvo una respuesta completa", explican los autores, y "su u tumor desapareció de los escáneres cerebrales". Con todas las cautelas, dicen los científicos, porque es demasiado pronto para decir si está curado, la realidad es que "está sano cuatro años después del diagnóstico".
La doctora Monje insiste en esa cautela: "Si bien todavía queda un largo camino por recorrer para descubrir cómo optimizar esto para cada paciente, es muy emocionante que un paciente haya tenido una respuesta completa. Tengo la esperanza de que , al menos uno de ellos, se haya curado".
El paciente "curado" se llama Drew
Tiene 20 años ahora y pide "que su resultado sea el primero de muchos". "Espero que aprendan de todos mis éxitos para ayudar a otros niños", ha contado .
Drew fue diagnosticado con un cáncer de cerebro llamado DIPG en noviembre de 2020. Había ido al médico debido a dolores de cabeza inusuales, movimientos extraños de su ojo izquierdo y parálisis parcial en el lado izquierdo de su cara. Cuando el tumor se hizo más grande le afectó a la audición, equilibrio y marcha. Necesitaba una silla de ruedas para desplazarse en todas las distancias.
Para su caso, la radioterapia solo ofrece un alivio temporal y no existen medicamentos de quimioterapia que se hayan demostrado eficaces. El hecho de que las células tumorales se unan a las células sanas en zonas del cerebro que son clave para la supervivencia, este tipo de tumores tampoco se pueden extirpar. Por eso, el DIPG tiene una tasa de supervivencia a cinco años inferior al 1%.
Antes del ensayo, y a pesar de que los resultados en ratones eran positivos, el equipo de Stanford era razonablemente pesimistas. Los investigadores no estaban seguros de "si reducir el tamaño de los tumores podría abordar los terribles síntomas", han explicado. Eso aunque ya habían conseguido que las células CAR-T erradicaran tumores DIPG en modelos animales. Sin embargo, ahora -con todas las cautelas- el estudio concluye que han podido encontrar "claras evidencias de reversibilidad".
La terapia con células CAR-T
Se lleva a cabo la extracción de algunas de las células T del propio paciente -los linfocitos- y se modifican genéticamente para tener "un objetivo molecular específico": atacar las células cancerosas. Luego las células se devuelven al cuerpo del paciente, donde desencadenan una respuesta inmunitaria contra el cáncer. Hasta ahora se habían usado en cánceres de la sangre, pero no habían tenido éxito contra los tumores sólidos.
Antes de recibir la terapia, los participantes se sometieron a quimioterapia para evitar que su sistema inmunitario atacara a las células modificadas. Después de la administración intravenosa del tratamiento, todos los participantes sufrieron la llamada "tormenta de citocinas", con síntomas como fiebre y presión arterial baja y otros secundarios neurológicos temporales derivados de la inflamación del tumor.
El equipo probó dos dosis de células CAR-T y determinó que la dosis más baja era más segura porque provocaba efectos secundarios menos graves en la tormenta de citoquinas. Y así, de los 11 participantes que recibieron células CAR-T, nueve experimentaron beneficios como "una reducción en el volumen del tumor, una mejora en la función en un examen neurológico o ambos".
A estos nueve participantes recibieron dosis adicionales del tratamiento y luego continuaron recibiendo infusiones en el cerebro cada tres meses "siempre y cuando les beneficiara". La mayoría de ellos "experimentaron una mejoría en los síntomas neurológicos y reducciones en el tamaño del tumor".
A medida que sus tumores se reducían, varios participantes "recuperaban las habilidades que habían perdido, como caminar, o experimentaban la reversión de síntomas como la incontinencia, la parálisis o el dolor neuropático".
En las cuatro personas con las mejores respuestas, los volúmenes del tumor se redujeron entre un 52 y un sorprendente 100 %.
Es el caso de Drew, aún vivo, cuatro años después de su diagnóstico de DIPG, que hoy sigue recibiendo infusiones de células CAR-T cada pocos meses. Debido a que es la primera persona en experimentar una respuesta completa a las células, su equipo médico no hace ninguna promesa "sobre lo que viene después".
Sin embargo, terminan, "todo el mundo tiene esperanzas de que se haya curado".
Javier Ruiz Martínez
Redactor de temas de sociedad, ciencia e innovación en la SER. Trabajo en el mejor trabajo del mundo:...