El PP europeo obliga a posponer la votación de Teresa Ribera y desliza su responsabilidad penal por la gestión de la DANA

El Partido Popular español consumó este martes en Bruselas la estrategia que empezó a tejer hace semanas: extender la idea de que Teresa Ribera no es competente. Una estrategia que anoche llevó al máximo deslizando la idea de una supuesta responsabilidad penal en la gestión de la DANA. El Partido Popular utiliza lo ocurrido en Valencia como combustible, subiendo los decibelios en el tono y también en el fondo de los ataques. «La historia, y quizás también los jueces, la juzgarán por su inacción y su incompetencia (...) ¿Se compromete a dimitir si se ve involucrada judicialmente para no arrastrar al descrédito a Ursula von der Leyen y al Colegio de Comisarios?», le preguntó la popular española Dolors Montserrat. La estrategia del PP se apoyó en las intervenciones de la ultraderecha, hubo una total sincronía no solamente entre las intervenciones de Vox y el PP, sino también de otros grupos de la ultraderecha. Mientras que otras familias políticas preguntaban por transición verde o competitividad, PP y Vox siguieron con la DANA. Ribera entró al trapo (entonces la disputa doméstica se instaló ya en esa audiencia, ante la incredulidad de muchos) y quiso señalar la responsabilidad en la gestión: «Las alertas se emitieron a tiempo. Hay autoridades locales que hicieron caso y paralizaron las actividades, y otras que no». Ribera utilizó la actitud de Vox y el tono del PP para cargar contra aquellos que ponen en duda la credibilidad de las instituciones. Manfred Weber, el presidente del grupo parlamentario popular, ha echado un capote a la estrategia de Génova, ha permitido convertir la audiencia en un rifirrafe doméstico y ha comprado las dudas vertidas por el PP: la posible responsabilidad penal de Ribera en la gestión de la DANA. «La Comisión debe estar libre de cualquier acusación, con su integridad fuera de toda duda. Necesitamos una clara seguridad política y jurídica», decía a última hora el presidente del grupo popular. Se va a votar a los seis vicepresidentes en bloque, no uno por uno. Esto responde a un acuerdo entre populares, socialistas y liberales que se alcanza antes de la audiencia de Ribera y de los movimientos del PP para dilatar la votación. Los grupos entendieron que les venía bien que se votara el pack completo y al final de las audiencias para evitar un efecto dominó, que unos votasen en función de lo que votaran otros. Y aquí el nombre que siempre sale es el de Rafaelle Fitto, el candidato de Meloni, que los socialistas podían utilizar como diana y amenazar con hacerlo caer si hubiera movimientos contra Ribera. Fitto pertenece a los Reformistas y Conservadores, pero viene de Forza Italia; es decir, su trayectoria está vinculada al Partido Popular Europeo. Pero no hay acuerdo en la fecha de la votación. El PP quiere estirar los plazos, estirar las posibilidades del reglamento para que sea lo más tarde posible. Los socialistas nos cuentan que quieren votar cuanto antes, los liberales están en lo mismo. «No descartamos que se posponga más de lo que nos gustaría, hay muchísima tensión», aseguran fuentes parlamentarias. El PP Europeo está en forzar ese retraso complaciendo así la estrategia de los españoles. Un movimiento que buscaría desgastar a Ribera pero que correo el riesgo de acabar desgastando al propio PP europeo, pone en riesgo la entrada en vigor en tiempo y forma del colegio de comisarios.

El PP europeo obliga a posponer la votación de Teresa Ribera y desliza su responsabilidad penal por la gestión de la DANA

Los populares convierten la audiencia de la candidata a vicepresidenta en un duro examen por su gestión de la DANA. Los populares fuerzan un retraso de la votación, que se pospone sin fecha

Enrique García

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