Es el autor de uno de los poemas más leídos en las bodas y esta es su opinión

Madrid

Se trata de "el mejor poeta vivo español". Así ha presentado Juan Carlos Ortega al último invitado de Transmite la SER, Luis Alberto de Cuenca. Un hombre capaz de emocionar a través de sus versos, y que se ha colado recurrentemente en uno de los momentos más importantes de la vida de algunas personas: el matrimonio. Así lo ha vivido también Ortega, que acudió hace poco a una boda, donde "suele ser común leer un poema" de Luis Alberto, El desayuno, un texto que habla sobre la vida en pareja, la cotidianidad de esta y el amor que se experimenta a través de los pequeños detalles.

Un poema muy conocido, y sobre el cual Ortega decía imaginar a un montón de oyentes diciendo: "¡Este es el de mi boda!". Por ello, el presentador de Transmite la SER no perdió la oportunidad y quiso preguntar al poeta: “¿Qué sientes cuando una creación tuya de repente se convierte en algo central en las bodas españolas?”. Algo que el poeta ve como "delicioso", un privilegio, el de poder resonar en uno de los días más importantes de la gente, y que a Luis Alberto le "encanta".

Es tal la repercusión de estos versos que el poeta contaba: "Estuvo también un par de años en los autobuses y metros de Madrid", y terminó por hacerse "célebre". Luis Alberto destacaba que lo más bonito de este poema es el hecho de que la gente puede decir que "no sabe de quién es" y eso, para el poeta, es concederle "la inmortalidad" a un texto. Además, es un poema que, comentaban los colaboradores del programa, evita que uno de los familiares que asistan a la boda tenga que leer un poema escrito por él mismo, lo cual podría no salir muy bien.

El poema de Luis Alberto es un resumen perfecto de la vida matrimonial, y queda claro al leer algunas de sus estrofas: "Aún me gustas más, tanto que casi no puedo resistir lo que me gustas, cuando, llena de vida, te despiertas y lo primero que haces es decirme: ‘Tengo un hambre feroz esta mañana. Voy a empezar contigo el desayuno’". Un nuevo camino, en el que los pequeños detalles dejan ver lo verdaderamente importante, y en el que el simple hecho de compartir tiempo con el otro ya es un motivo más que suficiente para la felicidad y la compañía que brinda la vida ligada a una persona.