"Einstein se negaba a usar calcetines": estas son las manías más peculiares de los genios históricos
De Einstein a Warhol, pasando por Mozart y Dickens, la Academia de Saberes Inútiles desvela las manías más insólitas de grandes figuras de la historia
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Madrid
Si hay algo que nos demuestra la historia de los grandes genios, es que incluso las mentes más brillantes tienen sus rarezas. Desde científicos hasta artistas, todos parecen compartir algo más que su genio: unas manías que sorprenden y les humanizan un poco más, como ha explicado Marta Fernández en la Academia de Saberes Inútiles de La Ventana.
Einstein, el genio sin calcetines
El primero ha sido Albert Einstein, el hombre que revolucionó la física moderna. Además de su famosa imagen sacando la lengua, el padre de la teoría de la relatividad tenía una manía bastante peculiar. "Einstein se negaba a usar calcetines. Lo reconoce en una carta que escribió a su esposa que, también era su prima. Incluso en las ocasiones más solemnes nunca usó calcetines", ha dicho Fernández. A veces ocultaba su falta de civilización con botas altas, aunque también tenía otro truco para las grandes ceremonias: cuando le dieron el Nobel, llevaba unos pantalones inusualmente largos. Esta preferencia, ha contado Marta Fernández, tenía su origen en la niñez de Einstein, pues tenía los dedos de los pies más grandes de lo normal, y los calcetines se rompían constantemente. Con el tiempo, optó por no usarlos jamás.
Warhol, el coleccionista y fanático del Big Mac
Pasamos a otro ícono de la cultura pop: Andy Warhol, el maestro de la repetición. En su hogar de Manhattan, Warhol acumulaba tantas cosas que se descubrieron 641 cajas llenas de objetos tras su muerte. "Desde menús de restaurantes hasta el pie de una momia. Warhol era un coleccionista compulsivo", ha asegurado Fernández. Pero una de sus manías más conocidas era su dieta: "Durante dos décadas, Warhol comía casi todos los días un Big Mac". De hecho, el propio Warhol protagonizó un anuncio de Burger King, a pesar de que su hamburguesa favorita era la de McDonald's.
Mozart y su humor escatológico
Los compositores no se quedan atrás en el mundo de las excentricidades. Aunque muchos podrían pensar que un genio como Mozart era demasiado serio para tener manías, destacaba por su humor escatológico. "La evidencia está en sus cartas, en las que se refiere al ‘culo’ en más de una ocasión. Además, hasta compuso una pieza titulada Leck mich im Arsch (Bésame el culo)", ha dicho Fernández.
Beethoven, Satie y la obsesión por la rutina
Otros compositores como Beethoven también tenían sus peculiaridades. Marta Fernández ha explicado que Beethoven, por ejemplo, solía echarse agua fría por la cabeza después de componer, mientras que Erik Satie tenía una rutina diaria tan precisa que se levantaba todos los días a las 7:18 a.m. "Satie, además, comía solo alimentos blancos y se convirtió en una figura tan excéntrica que fundó su propia religión", ha afirmado. La Iglesia Metropolitana del Arte tenía un solo fiel: él mismo.
Charles Dickens y su manía por la decoración
Y, por supuesto, no podemos olvidarnos de Charles Dickens, el escritor británico conocido por su profunda observación de la sociedad. Dickens tenía una costumbre curiosa: "Cuando se estancaba en su escritura, se lanzaba a dar largos paseos nocturnos por Londres. Además, tenía la manía de cambiar los muebles de su casa o de cualquier lugar en el que estuviera, incluso cuando se alojaba en casas ajenas". Esta costumbre estaba relacionada con su infancia difícil, que le obligó a mudarse constantemente, por lo que sentía la necesidad de "redecorar" para sentirse en casa.