Mazón, un irresponsable
Si no dimite, aunque sea a un plazo prefijado, será su propio pueblo quien le convierta pasear en un infierno
Barcelona
Carlos Mazón es un irresponsable. Y cuando uno no asume ya la responsabilidad, sino que la condiciona a un momento indeterminado en que haya resuelto la normalización de su tierra, es que moral e implícitamente se declara incapaz de ejercerla. El presidente valenciano debe dimitir, como decíamos ayer por vez primera en dos semanas largas, y nos contuvimos por respeto a las víctimas, para no crear confusión ni ruido.
En su explicación al Parlament ha echado la carga de la tragedia a todos los demás. Por supuesto, a la brutalidad insólita del temporal y la riada, una buena razón, pero que no puede esgrimirse ante ninguna instancia humana. Al “sistema”, es decir, a todos, a todos por igual, sin recordarnos que el capitán de la nave es su principal responsable. Hacia arriba y abajo, el Gobierno o la Confederación Hidrográfica del Júcar.
Pero nada de esto explica su ausencia durante el grueso del día 29. Ni su inacción. Nada explica que con iguales instrumentos de entonces, Valencia, y Andalucía, y Cataluña, hayan solventado esta semana temporales (aunque algo menos potentes), sin muertes. El éxito en la dana del Mazón-2, hunde en la miseria la credibilidad del Mazón-1. Y nada explica que en el último gran temporal del gobierno valenciano de izquierdas, él mismo reprendiese a uno de sus dirigentes por llegar tarde al centro de coordinación, lección que ahora se niega a aplicarse a sí mismo. Si no dimite, aunque sea a un plazo prefijado, será su propio pueblo quien le convierta pasear en un infierno; el espejo de su baño quien le atormente; y los juzgados quienes le persigan por sus resultados luctuosos aplicando otras leyes más allá de la política. Hoy, ha empezado a escoger el mal camino.
Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...