La COP29 apuesta por reducir la producción de petróleo en contra de los planes de Azerbaiyán y con la gran ausencia de EEUU

Madrid

Desde este lunes 11 de noviembre hasta el viernes 22, casi 200 países trabajan para llegar a acuerdos e intentar garantizar la salud del planeta. Este año, el foco está puesto en el dinero. En la ya bautizada como "COP de las finanzas", buscan alcanzar un nuevo objetivo de financiación climática y lograr que los países más ricos y desarrollados donen, todavía más, a los más pobres para reducir el impacto de sus emisiones, y que sean capaces de adaptarse al cambio climático.

Un nuevo plan de ayuda que, de aprobarse, aumentaría la inversión de 100 mil millones a al menos 1 billón de dólares anuales, y en el que buscan que se una China, una de las grandes potencias que más contamina.

El segundo gran objetivo es concretar el acuerdo de Dubai del año pasado, en la COP28, de abandonar los combustibles fósiles. Y aunque aún queda una semana de negociación, todo apunta a que este segundo punto no se va a cumplir, al menos por parte de algunos países, entre ellos el país anfitrión, Azerbaiyán.

Y es que el miércoles, su presidente Ilham Aliyev salió en defensa de la industria del gas, calificando el petróleo como un "regalo de dios" como lo es el sol o el agua, por lo que no se debe culpar a los países por tenerlos o por llevarlos al mercado, porque la gente los necesita.

El peligro de que China o EEUU usen petróleo

Aliyev reconoce que es necesaria una transición verde, pero que hay que ser realistas. Un discurso que, por otra parte, no sorprende, prácticamente la mitad de la economía de Azerbaiyán depende de los combustibles fósiles, y ya han anunciado un aumento en la producción. Lo explica Fernando Prieto, doctor de ecología y director del Observatorio de Sostenibilidad, que precisamente por esto, va a ser muy difícil que haya algún tipo de avance significativo en ese estado. Pero, como nos dice Prieto, la realidad es que el que un pequeño país como Azerbaiyán de 10 millones de habitantes (en España somos 48 millones) produzca petróleo, no debería alarmarnos.

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Lo más importante es lo que hagan grandes países como China, que este año en principio está tomando medidas serias para la descarbonización. Aunque posturas como la de Javier Milei en Argentina, o Donald Trump en Estados Unidos, amenazan con un retroceso todavía mayor. Ambos líderes son negacionistas del cambio climático, y Trump ha repetido más de una vez que el calentamiento global es una farsa, y ha prometido retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París.

También Noruega, un país que presume de ser "ecosostenible" y donde la mayoría de la población tiene un coche eléctrico, sigue explotando sus yacimientos de petróleo. Es decir, la clave está en frenar a los mayores exportadores y los más contaminantes aunque lo ideal sería que todos los estados del mundo dejaran de producir petróleo, y se unieran para reducir las emisiones; además de aumentar esa financiación mencionada al principio, para ayudar a los países pobres, los menos responsables de la contaminación global, a reducir el impacto y poder adaptarse mejor a las grandes catástrofes que se esperan.

¿Por qué las empresas dejarían de producir?

Puede entrar la duda de, si el petróleo vende, ¿por qué las empresas dejarían de producir? Prieto explica que el propio sector empresarial es consciente de que tarde o temprano habrá un cambio, en España, por ejemplo Cepsa ha pasado a llamarse Moeve, con el objetivo de centrarse en la movilidad eléctrica. "El tema está en la calle, y las propias industrias petroleras saben que deben avanzar a las energías renovables," nos dice Prieto.

Incluso países como Arabia, un gran exportador de petróleo, ya tiene sus propias empresas para empezar a producir las renovables como la solar, la más barata que existe. El propio mercado va a ir exigiendo y va a ir llevando a la economía hacia un estado de descarbonización.

A día de hoy los expertos calculan que la temperatura subirá 2.7 grados para 2100, algo que los estados quieren evitar; en la carta abierta sobre la reforma de la COP, más de 195 países han acordado esforzarse por mantener el calentamiento global en 1.5 grados. Aunque dicho esto, queda mucho por hacer, más de 1770 lobistas de los combustibles fósiles han asistido la COP29, muchos buscando países donde invertir. En otras cumbres han llegado a ir de incógnito, superando el número de naciones vulnerables que asistieron. Al final, como dice António Guterres, secretario de la ONU, los ricos causan el problema, y los pobres pagan el precio.