Jorge Martín se corona como campeón del mundo de MotoGP con un tercer puesto en Barcelona
El madrileño disfruta de la carrera más plácida de la temporada y se convierte en el quinto español en levantar el título
Jorge Martín Almoguera. Ese es el nombre completo del quinto campeón español de la historia de MotoGP. El piloto madrileño se lleva su primer título mundial de la categoría reina con la agonía propia de la última carrera, después de un largo año de pelea, cara a cara, con Pecco Bagnaia. El del Prima Pramac se convierte además en el primer piloto de un equipo no oficial que se hace con el título después de 23 años y le gana al italiano de Ducati la revancha, después de que el 2023, la balanza se decantara del lado de Bagnaia. Martín apenas necesitaba un 9º puesto (7 puntos) para erigirse como campeón y su tercer puesto en la carrera de Barcelona le sirve más que de sobra para levantar ese título.
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Martín apostó por el riesgo en la salida y, con una buena arrancada, se colocó segundo antes de llegar a la primera curva, superando a Márquez y Espargaró. Bagnaia mantuvo la cabeza y, desde los primeros compases, se vio como Márquez no pensaba tener remordimientos con la posición del madrileño. En el primer paso por línea de meta, el de Cervera lanzaba la moto y Jorge Martín, poco interesado en esas peleas, le dejaba pasar sin resistencia. Márquez apretaba para intentar llegar al italiano en la cabeza, mientras Bastianini, en la otra Ducati, apretaba a Martín desde detrás.
Espargaró, casi como un hermano mayor, se convirtió en el mejor escudero de Jorge Martín. El de Aprilia mantuvo la pelea constante con Bastianini por la cuarta posición, sin dejar que el italiano pudiera presionar al madrileño constantemente. A sus 35 años, el veterano continuó dando la batalla al de Ducati con tremendas pasadas que sin duda le dejarán un gran sabor de boca en su última carrera en la categoría. Bagnaia, por su parte, apostó por liderar la carrera con un ritmo mucho más lento que en la sprint, uno que permitiera que, por detrás de él, la acumulación de pilotos pudiera dar lugar a toques o caídas.
Martín se descolgó de la dupla de cabeza, dejando casi un segundo de distancia mientras Márquez seguía apretando a Bagnaia, siempre pegado a su estela, en la pelea por el liderato. La presión sobre Martín se rebajó notablemente cuando, en su pelea con Álex Márquez y Espargaró, Bastianini se fue largo en la curva 1 y caía hasta la octava posición. Con esta buena noticia y la cobertura imbatible de Aleix Espargaró, Martín rodaba con tranquilidad en tierra de nadie y sin presión, mientras las vueltas bajaban y el título mundial se acercaba.
Precisamente Joan Mir, el último campeón español de la categoría, se fue al suelo con catorce vueltas para el final para ceder, de manera metafórica, el testigo a un Jorge Martín que disfrutaba, prácticamente, de la carrera más plácida de la parrilla. El trabajo impagable de Aleix Espargaró en la cuarta posición, reteniendo al resto de la parrilla, permitía que el de San Sebastián de los Reyes rodara con cierta tranquilidad en camino hacia su primer título mundial, mientras su madre, Susana Almoguera, era incapaz de mirar a las pantallas en el box del Prima Pramac.
Escoltado por un español por delante, Marc Márquez, y por otros dos por detrás, Aleix y Álex Márquez, Martín rodaba en procesión hacia su primer título mundial, el 12º de la historia para el motociclismo español. Por encima de todo, el tercer puesto de Martín le daba, de forma sobrada, los puntos suficientes para coronarse como campeón del mundo. Bagnaia se llevaba la victoria por delante de Marc Márquez, pero el resultado no le servía para recortar suficiente distancia en la calculadora. El nombre de Jorge Martín está, desde hoy, escrito en la historia del motociclismo mundial.