Perros trípode, jóvenes buscando su futuro y reencuentros familiares en el Aeropuerto
Pasamos una mañana en la sala de Llegadas del Aeropuerto de Barajas
Perros trípode, jóvenes buscando su futuro y reencuentros familiares en el Aeropuerto
Madrid
Siempre hay gente en la T4 de Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Da igual a qué hora vayas. Apostados tras la valla y alargando el cuello cada vez que se abren las puertas. El escepticismo de Millás le hace pensar que la mayoría son figurantes, personas que fingen el nerviosismo y la emoción de los que esperan a un ser querido, persona o animal.
Entre los fingidores una mujer que espera a su perro, al que dejó en Perú hace dos años. Nano, un perrito que espera a su dueña que viene de visitar a sus abuelos. Y Winki, un perro de tres patas que ha volado desde Bogotá acompañando a sus dueños que han decidido empezar una nueva vida en España.
La media de espera es de unos 30 minutos quizás porque los vuelos se retrasan o porque las ganas apremian. Nieves se ha traído un libro para aprovechar mientras que no sale su hija que se fue a trabajar a Dublín para descubrir qué quiere hacer en la vida. Llegan personas que de algún sitio se han ido con la intención de volver. Los amigos venezolanos de dos médicos de familia con aspecto de espías. Un pescador al que su barco abandonó en Canarias y que 27 años después es conserje en una finca de Madrid y aguarda a su hermana a la que hace años que no ve.
Cada persona tiene su historia. A no ser que, como dice Pessoa y sospecha Millás, sean como el poeta que “finge tan completamente que hasta finge que es dolor el dolor que en verdad siente”
Paqui Ramos
Casi siempre en la radio. Siempre en la SER....