Ribera como coartada: el pulso Weber-Von der Leyen pone en jaque a la nueva Comisión
El bloqueo de los populares a la española se explica no solo desde una mirada nacional, y cuenta con factores como las rencillas personales y una huida hacia adelante del alemán para mantener su liderazgo del grupo. Y una cuestión clave en disputa: apoyarse en la ultraderecha o mantener la histórica coalición con los socialistas
Bruselas
El Partido Popular Europeo tiene escaños suficientes como para elegir desde qué lado de la Eurocámara construir las mayorías: si con los grupos de extrema derecha o con los partidos que tradicionalmente han forjado esa coalición europeísta. La extrema derecha o la familia socialdemócrata, liberales y verdes. La coalición europeísta en la que se apoyó la primera Comisión de Von der Leyen, o la "coalición Venezuela", como ya llaman en los pasillos a los acercamientos parlamentarios del PP con las tres fuerzas a su derecha (bautizada así porque fueron estos grupos los que unieron sus votos para reconocer a Edmundo González como presidente electo de Venezuela, frente al resto de fuerzas).
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La pregunta sobre a qué lado del hemiciclo ampliar las mayorías explica también la disputa Manfred Weber-Ursula Von der Leyen, que explica en parte el pulso del jefe de filas de los populares para abrazar la estrategia del PP español y mantener bloqueada la votación de Ribera. Porque el alemán es partidario del acercamiento a su derecha, en contra de lo que defiende Von der Leyen.
Y porque Weber sabe que mantener el apoyo de los españoles, la segunda delegación más grande en el grupo parlamentario tras los alemanes, es crucial para mantener el liderazgo de un grupo donde está cuestionado por las fuerzas más centristas, incluida la propia CDU alemana, que no quiere un movimiento de su partido a la derecha en Bruselas a pocos meses de unas elecciones federales en la que los ultras podrían ser segunda fuerza.
El bloqueo a Ribera no es, o no solamente, el bloqueo a una candidata a vicepresidenta por su supuesta mala gestión de la pandemia. Es sobre todo una coartada para mantener en vilo a la Comisión a la espera de resolver un pulso personal entre Weber y Von der Leyen, y a la espera de aclarar hasta qué punto Weber mantiene su huida hacia adelante. Una clave pasaría por una respuesta de otras capitales donde gobierna el Partido Popular y que no entenderían que se ponga en jaque un Colegio de Comisarios donde los populares tienen la mayoría de los asientos y las más altas responsabilidades.
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Los populares sabían que hacer cuesta arriba el nombramiento de Ribera podía ser una moneda de cambio con la candidatura de Rafelle Fitto, el candidato de Meloni, del área más centrista de ECR (y que viene de Forza Italia, por lo que ha pasado media vida en la familia popular), y que los populares europeos defienden como uno de los suyos. La lógica bloquear a Ribera para que socialistas y liberales redujeran sus exigencias para votar a Fitto siempre ha estado ahí. Pero más allá de esto, Weber ha echado un capote a Feijóo le permitió convertir esa audiencia en lo que quería la delegación popular.
El apoyo de los españoles al alemán es clave de cara al congreso del PP europeo del año que viene que tendrá que reelegirlo como líder. Varias piezas en un puzzle que puede desbaratarse a la espera de una reaccion (a la que ya algunas voces apuntan) de otras capitales que no entienden este movimiento que puede hacer descarrillar un Colegio de Comisarios donde dominan los populares, donde las carteras más importante la tienen los populares y como aseguraba una fuente de altísimo nivel en ese grupo, no hay que olvidar que, por encima de todo, aquí se vota la segunda Comisión Von der Layen. Y eso, subrayan, es lo que tiene que prevalecer.
Enrique García
(Sevilla, 1994) Corresponsal en Bruselas, siguiendo...