La comedia perfecta del Hollywood clásico
Se cumplen 75 años de La costilla de Adán, dirigida en 1949 por George Cukor y protagonizada por Katharine Hepburn y Spencer Tracy.
Katharine Hepburny Spencer Tracy vivieron una de las historias de amor más grandes de la historia del cine. “¿Cómo llamarlo? Relación, locura, felicidad, amor... Lo era todo a la vez y me hizo entender por primera vez lo que significaba estar enamorada. Siempre he dicho que Spencer me hizo crecer más allá de mis posibilidades”, contaba la actriz. Durante 25 años mantuvieron una discreta relación sentimental ya que Spencer Tracy estaba casado. Cuando se rodó La costilla de Adán ella tenía 41 años y él 50, pero ambos estaban en uno de los mejores momentos de sus carreras. La costilla de Adán fue la sexta de las nueve películas que rodaron juntos y para muchos la mejor de todas. Desde luego es en la que mejor se aprecia su perfecta compenetración tanto personal como artística. Las dos estrellas se entendían tan bien y con una complicidad tal que la revista Time les proclamó “la pareja modelo de la clase media estadounidense”. “En la pantalla representábamos a la típica pareja americana. Él era fuerte, pero vulnerable. Yo presionaba hasta que él me paraba y así íbamos cediendo hasta domesticarnos mutuamente”, explicaba Katharine Hepburn.
En la película Katharine Hepburn y Spencer Tracy interpretan a dos letrados, enemigos mortales en el estrado, pero un matrimonio feliz en la intimidad. Los dos trabajan en un caso de intento de asesinato. Él ha sido nombrado fiscal, encargado de la acusación y ella es la abogada que defiende a la inculpada. El argumento de La costilla de Adán se inspiraba en la historia real de Dorothy y William Whitney, un matrimonio de abogados que representaban respectivamente al actor Raymond Massey y a su esposa, la actriz británica Adrianne Allen, en su pleito de divorcio. Lo curioso del caso es que cuando acabó el proceso, los Whitney se divorciaron a su vez y la abogada se casó con Raymond Massey y el abogado con Adrianne.
La costilla Adán es una divertida comedia que aborda un tema universal e intemporal como es la guerra de sexos. No en vano el guion estaba escrito por un matrimonio real, el que formaban Ruth Gordon y Garson Kanin. Gracias a su experiencia como pareja el espectador asiste a broncas maritales perfectas, ruidosas y tragicómicas. Pero además de divertir y entretener la película plantea interesantes reflexiones sobre el matrimonio o la igualdad de sexos. La costilla de Adán habla de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres y sobre todo, lo que la hace tan actual a pesar de sus 75 años de existencia, de cómo se plasma esa igualdad en las leyes.
La película tuvo un aliciente especial para Kate: se rodó en Nueva York, con muchas escenas de exteriores con lo que la actriz tuvo la oportunidad de pasar una temporada en su ciudad más querida. Cada uno tenía su forma de trabajar. Por ejemplo, para preparar las escenas del juicio, George Cukor y Katharine Hepburn pasaron horas y horas en los tribunales estudiando los gestos y muletillas de los letrados de verdad. En cambio, Spencer Tracy no pisó un juzgado, se quedó en casa leyendo tranquilamente el guion en el que, según decía, era mucho más importante meterse en la piel del marido que en la del fiscal. Y mientras Cukor y Kate se pasaban el día hablando y discutiendo sobre el personaje de ella, Spencer jamás hablaba del suyo. “Estoy seguro de que Spencer se preocupaba por su personaje y reflexionaba sobre él, pero no quería discutir con nosotros porque sentía que si hablaba mucho sobre él, si lo analizaba demasiado a la hora de actuar, perdería la frescura”, aseguraba George Cukor. El que Tracy y Hepburn formasen pareja también en la vida real no restaba competitividad profesional entre ellos. Como en todas las películas que hicieron juntos hasta entonces el nombre de Spencer Tracy aparecía primero en los títulos de crédito y cuándo un periodista le recordó que las damas debían ir primero él le contestó: “Esto no es un bote salvavidas, amigo, es una película de Hollywood y aquí cada uno lucha por lo suyo”.
Acompañando a los protagonistas nos encontramos con una serie de divertidos secundarios. La costilla de Adán sirvió para lanzar la carrera de Judy Holliday, que interpreta a la acusada y fue nominada por su papel al Oscar a la mejor actriz secundaria. La actriz acababa de tener un gran éxito en Broadway con la comedia Nacida ayer en la que interpretaba un personaje parecido, de rubia tonta. La Columbia había comprado los derechos de esta comedia para que Cukor la llevara al cine y el jefazo del estudio, Harry Cohn, le dio a la actriz este papel en La costilla de Adán para ver cómo podía funcionar en pantalla, ya que Judy apenas tenía experiencia cinematográfica. De esta forma La costilla de Adán se convirtió en la prueba para Nacida ayer de Judy Holliday, el film que le valdría el Oscar y la consagraría como estrella. “Era extremadamente inteligente, una actriz única. Hay actrices que tienen talento y actrices que a la vez que son talentosas tienen sentido artístico. Judy era de esas, una gran artista. Era capaz de mostrarte la verdad a través de su actuación y por eso era una maestra de la comedia y de la sutileza”, decía de ella George Cukor.
Tom Ewell, al que recordamos junto a Marilyn Monroe en La tentación vive arriba,debutaba también en el cine con su papel de marido tiroteado. Y el tercer secundario destacado era David Wayne, que en la película interpreta a un amigo de la pareja que coquetea descaradamente con Katharine Hepburn. En la película el personaje de David Wayne compone una canción dedicada a la protagonista. En realidad el autor de la canción era Cole Porter, al que la Metro encargó el tema musical. El compositor solo puso una condición para hacerlo, que en el guion se cambiase el nombre de la protagonista, que originalmente era Madeleine por el de Amanda, ya que decía que era imposible hacer una buena canción que rimase con Madeleine. En realidad lo que hizo Cole Porter fue utilizar una canción antigua suya que nunca había llegado a publicar y que se titulaba So Long Samoa convirtiéndola en Adiós Amanda. La canción se hizo bastante popular en su día y un poco avergonzando por haber utilizado una canción antigua, Cole Porter, en lugar de cobrar a la Metro por sus servicios, pidió que hicieran en su lugar una donación a la Cruz Roja. La costilla de Adán es un gran clásico del cine americano. En las listas del American Film Institute ocupa el puesto número siete entre las cien mejores películas del género “Comedia romántica”, y fue tan popular en su país que en los años 70 se hizo una telecomedia inspirada en ella y protagonizada por Ken Howard y Blythe Danne.
Antonio Martínez
Lleva más de 30 años en la SER hablando de cine...