Internacional

Rusia y Corea del Norte acusan a Biden de "echar más leña al fuego" por permitir el uso de misiles estadounidenses en suelo ruso

Los ministros de Exteriores de la Unión Europea se reúnen este lunes para analizar el nuevo escenario mientras que Zelenski confirma que los misiles estadounidenses "hablarán" ahora en el campo de batalla

Lanzamiento de un misil estadounidense de largo alcance ATACMS durante unas maniobras militares conjuntas de EEUU y Corea del Sur el pasado mes de octubre / Handout

Madrid / Bruselas

Rusia y Corea del Norte han reaccionado a primera hora de este lunes a la información confirmada por los principales medios de Estados Unidos según la cual el presidente saliente, Joe Biden, ha dado permiso a Ucrania para utilizar misiles estadounidenses contra objetivos situados en suelo ruso. Ambos países acusan a Washington de escalar el conflicto y de "echar más leña al fuego" al tiempo que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha confirmado este permiso que llevaba semanas pidiendo al decir que "ahora van a hablar los misiles".

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El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha reconocido que esta información recogida por medios estadounidenses "supone un aumento de la tensión" y avisa de que para Moscú los culpables de esos ataques ya no sólo serán los ucranianos, sino aquellos países que se posicionen como Estados Unidos. Para Peskov, "ya no hay dudas de la presencia de Estados Unidos en el conflicto".

En una línea parecida se ha manifestado el líder norcoreano Kim Jong-Un. Según recoge la agencia oficial norcoreana, para el dictador "Estados Unidos aumenta la ansiedad con respecto a que pueda estallar una tercera guerra mundial" y se sitúa como víctima al añadir que "el peso de su agresión se está concentrando nada menos que en nuestro país, el enemigo hostil y beligerante más antiguo de Estados Unidos". Justifica así su intención de seguir incrementando el peso militar de su país mientras ha evitado hacer referencia a los miles de soldados que ha enviado a combatir junto a los rusos en el frente ucraniano.

Mensaje a cuatro bandas

La decisión de Joe Biden apunta en cuatro direcciones al mismo tiempo. En primer lugar, a Rusia, a quien va a confrontar directamente con el uso de sus armas en Kursk. En segundo lugar, a Corea del Norte ya que esta decisión llega justo después de la entrada de ese país en el conflicto.

Pero además también es un mensaje hacia Europa, sobre todo porque el Reino Unido y Francia tienen también misiles con un alcance parecido a los de Estados Unidos y ahora deben decidir si dan el mismo paso adelante. Este lunes se reúnen de hecho los ministros de Exteriores de la UE y el representante de Francia, Jean-Noël Barrot, se ha limitado a decir que un permiso de este estilo "es una opción que debemos considerar".

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El último destinatario de la decisión de Biden es Donald Trump. El presidente electo deberá decidir cuando tome posesión el próximo 20 de enero si continúa por esta misma línea, algo a lo que por el momento se ha mostrado poco dispuesto. De hecho, su hijo, Donald Trump Jr., ha reaccionado en X poniendo el grito en el cielo y asegurando que hay quien quiere comenzar una nueva guerra mundial. "La industria militar parece que quiere asegurarse de que haya una Tercera Guerra Mundial antes de que mi padre tenga la oportunidad de alcanzar la paz y salvar vidas", escribe.

Reunión en Bruselas

El jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, ha defendido que Ucrania utilice esos misiles de largo alcance a su entrada al Consejo de Asuntos Exteriores que se celebra este lunes en Bruselas y en el que los 27 analizarán los mil días de la guerra en Ucrania. "Ucrania debe poder repeler las flechas pero también poder atacar al arquero", ha defendido Borrell, que espera que los 27 se abran a que el ejército ucraniano utilice los misiles de largo alcance para atacar territorio ruso. "Una decisión muy importante", ha dicho la ministra de Exteriores alemana Annalena Baerbock, que añadía que no se trata de un replanteamiento sino de una intensificación de lo que han hecho otros socios.

El ministro de exteriores de Lituania ha criticado por su parte la llamada entre el canciller Sholz y Putin. "En principio, no estoy en contra de ningún llamamiento ni de ningún tipo de acercamiento, pero tiene que surgir desde una posición de fuerza, no de debilidad, porque si así fuera, los rusos abusarían de ello. Y eso es exactamente lo que están haciendo, con nuevos y masivos bombardeos de misiles contra la infraestructura civil de Ucrania, contra la energía. ¿En qué ayuda, entonces? ¿Por qué estamos haciendo esto?", se preguntaba Gabrielius Landsbergis.

El Alto Representante preside su último Consejo de Exteriores al frente de la diplomacia comunitaria con un llamamiento a la unidad y la rapidez en la toma de decisiones: "Para utilizar el lenguaje del poder, para demostrar que se tiene poder, hay que estar unidos. Si no estás unido no puedes mostrar poder. Y demasiadas veces no hemos estado unidos. Rusia no detiene la guerra porque ustedes piensen en ello. Cada vez que tomábamos decisiones para apoyar a Ucrania, tardábamos demasiado", ha dicho Borrell en su despedida.

Sigue la ofensiva rusa

En las últimas horas Rusia ha continuado intensificando sus bombardeos sobre Ucrania después de la oleada masiva de proyectiles que lanzó el sábado. La última ronda de ataques se ha dirigido hacia la localidad de Sumy, situada apenas a 30 kilómetros de la frontera con Rusia.

Los proyectiles rusos han alcanzado varios edificios residenciales y han causado al menos 11 víctimas mortales, 2 de ellas niños, así como heridas a otras 89 personas, varias de las cuales se encuentran en estado crítico. Otras 10 personas han sido asesinadas en un ataque ruso contra la ciudad de Odesa que deja también al menos 43 heridos más. Tanto en Sumy como en otros puntos del este de Ucrania se suceden además los apagones por los daños que los ataques de Rusia están provocando en la infraestructura energética ucraniana. Rusia también golpea este lunes brigadas mecanizadas e infantería ucraniana en la región de Kursk.

Los misiles ATACMS que ahora podrá usar Ucrania para responder a estos ataques de Rusia en su propio territorio tienen un alcance de hasta 300 kilómetros. Hace un año que Estados Unidos suministró los primeros proyectiles de este tipo a Kiev, pero sólo para que se usaran en territorio ucraniano y además en aquel caso fue una entrega de misiles con un alcance más reducido. Estos misiles comenzaron a usarse durante la Guerra del Golfo iniciada en 1990.

 
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