Irene Montero: "Si en España no hay una izquierda fuerte y autónoma que pueda negociar sin subordinarse al PSOE, la derecha manda aunque no gobierne"
Aimar Bretos entrevista a Irene Montero, eurodiputada por Podemos y ex ministra de Igualdad
Madrid
Irene Montero acaba de publicar 'Algo habremos hecho', un libro sobre su recorrido en estos últimos diez años, desde el nacimiento de Podemos, la evolución, las negociaciones, el paso por el Gobierno y su salida. Un libro interesante porque cuenta cosas que hasta ahora no había compartido públicamente. En 'Hora 25' entrevistamos a la ex ministra de Igualdad para que nos hable sobre su nuevo libro y la situación de política en España.
En el libro, Montero reflexiona sobre la certeza de que la ilusión no puede ser la principal emoción de un proceso político transformador de largo recorrido. Sí la esperanza, pero no la ilusión, por sus propias características: "La esperanza es una convicción profunda, íntima, casi inquebrantable de que las cosas pueden cambiar y de que tenemos derecho a cambiarla y que cuando nos juntamos podemos hacerlo posible. Eso tiene que ver con la memoria histórica, cuando tú sabes cómo han luchado tus abuelas, tus bisabuelos, cómo se ha conseguido la jornada de 8 horas o el derecho al voto... Si parecía imposible y lo consiguieron, nosotras también podemos hacer frente a las injusticias y donde hay una necesidad, nazca un derecho. Eso es la esperanza", explica la eurodiputada de Podemos.
Y continúa: "En el surgimiento de Podemos, la creatividad, las ganas, la explosión de trabajo compartido, conocer gente, hacer cosas nuevas... Todo era tan intenso y tan emocionante... Para la gente que veníamos militando en la cultura de la derrota permanente, en aquel momento de repente nos sentíamos invencibles, era todo posible y era posible ya. Perder eso, que era inevitable, esa ilusión no se iba a mantener siempre. Ningún proyecto transformador es invencible, al contrario, la mayoría de las veces perdemos. Y que en estos 10 años hayamos conseguido tantas cosas que parecían imposible es precisamente lo que nos tiene que llenar de esperanza, se puede. Pero cuando vienen las dificultades, la guerra judicial, la guerra mediática, ilusión no hay, esperanza sí".
Las entrevistas de Aimar | Irene Montero
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El momento ruptura
La ex ministra de Igualdad cuenta en el libro que, en 2019, hubo un momento en el que ella y Pablo Iglesias decidieron dejar la política. Decidieron que no les merecía la pena seguir. El 17 de enero de 2019, cuando cinco minutos antes de anunciar en público el acuerdo con Manuela Carmena, Errejón le mandó un mensaje a Iglesias anunciándole que se iba y creaba su propia candidatura para las elecciones madrileñas para las que faltaban cuatro meses. Y dice en el libro: "he de reconocer que probablemente se fue uno de los pocos días en los que Errejón consiguió lo que quería. Cuando Pablo recibió su mensaje, se dio cuenta al instante de las implicaciones que tenía. Pablo y yo tuvimos ese día una larga conversación y lloramos mucho juntos. Por primera vez nos planteamos seriamente y con todas sus consecuencias que no merecía la pena seguir, que no podíamos más y que nos íbamos". ¿Realmente se lo plantearon? "Sí, así fue. Llegó Echenique a casa, Ione, Juanma y Rafa... Fue un momento muy Podemos, ante las situaciones difíciles: equipo, equipo, equipo. Resituar para qué estamos aquí, quiénes somos, de dónde venimos, qué queremos hacer y tirar", responde Irene Montero.
Sobre el errejonismo dice en el libro: "pasados diez años de aquello, ¿Qué ha aportado el errejonismo como forma de hacer política a España? La respuesta es dolorosa: nada que no pudiera haber hecho el PSOE". "Por los hechos, es así", dice Irene Montero. "Nunca ha sido algo personal, aunque las consecuencias de esta ofensiva sean humanamente insoportables, el objetivo nunca ha sido personal. El objetivo ha sido que la única referencia electoral de los sectores progresistas sea el PSOE. Si en España no hay una izquierda fuerte y autónoma, que pueda negociar sin subordinarse al PSOE, la derecha manda aunque no gobierne".
Ley del solo sí es sí
Cuenta en el libro que, en los peores meses de las excarcelaciones de agresores sexuales, Yolanda Díaz pidió su dimisión en varias reuniones internas que convocó específicamente para eso. ¿Es verdad que le hicieron llegar que Díaz vería con buenos ojos que usted hubiera destituido a una alto cargo del ministerio? "No es que le bastaría, es que después de que pidiera varias veces que yo dimitiese porque yo creo que ella creía que con eso le entregaba una cabeza al presidente Sánchez, no entendiendo de lo que iba esto... Yo al presidente se lo dije al principio con las primeras noticias de las rebajas: esto no va contra el Ministerio, a mí me tumban con poco. Esto va a por el Gobierno. Durante los primeros meses nosotras vamos de la mano con el PSOE, hasta que se dan cuenta de que el Ministerio de Igualdad está haciendo propuestas razonables, pero que nunca van a contar con la aprobación de la ministra de Justicia porque la ministra de Justicia está en contra del consentimiento y está determinada a reformar la ley para volver al modelo anterior", explica Montero.
Y continúa: "Cuando el presidente se da cuenta y dice: qué hago, ¿respaldo a Montero o a mi ministra de Justicia?. Es en ese momento cuando habla con Yolanda, yo también hablo con ella, porque las cosas están difíciles y, en el momento en el que Yolanda se entera del estado de la situación, dos días después en La Vanguardia, Pedro Vallín, un periodista que todo el mundo sabe que es bastante afín a Sumar, da la noticia de que las negociaciones se están haciendo. Durante meses lo habíamos mantenido en total discreción y ahí se filtró".
"En el último momento, los equipos negociadores de Justicia e Igualdad habíamos llegado a un acuerdo sobre cómo reformar la ley. Entonces, los equipos nos trasladan a las ministras el acuerdo, yo digo ok y la ministra de Justicia no. Es cuando una persona del Partido Socialista le dice a Vicky Rosell: 'lo siento mucho, esto no es derecho, es política'. En ese momento, cuando van a registrar esa ley, María Jesús Montero me llama para decirme que firme la propuesta y yo le digo que no, que no voy a firmar un retroceso de un derecho que se ha conquistado en la misma legislatura y que, probablemente, desde luego en términos de política pública era la conquista más importante hasta ese momento en materia de derechos", concluye la ex ministra de Igualdad.