Captan la primera imagen de una estrella moribunda fuera de la Vía Láctea
Se trata de WOH G64, un cuerpo celeste que ha sido fotografiado por el Observatorio Europeo Austral (ESO)
Madrid
En el cielo, las estrellas han visto pasar siglos y siglos. De media, estos cuerpos celestes pueden llegar a durar millones de años, aunque su final es inevitable. A unos 160.000 años luz, uno de estos astros se está muriendo, y dentro de poco se verá convertido en una supernova, que expulsará grandes cantidades energía antes de desaparecer por completo. Se trata de WOH G64, y se encuentra fuera de la Vía Láctea, por lo que jamás la hubiésemos descubierto de no haber sido por los astrónomos del Observatorio Europeo Austral (ESO, en sus siglas en inglés), que han captado la primera fotografía de una estrella a tanta distancia de nuestro planeta.
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Así se ha desprendido de un nuevo estudio publicado este jueves por la revista Astronomy and Astrophysics. Para tomar una fotografía a tantos años luz de La Tierra, el Observatorio ha tenido que hacer uso de GRAVITY, un instrumento posicionado en el conocido como Very Large Telescope (VLT, que quiere decir Telescopio Muy Grande), situado en Chile. "Hemos conseguido captar la primera imagen interferométrica", explicaba Keiichi Ohnaka, astrofísico de la Universidad Andrés Bello de Chile y autor principal de la investigación.
Es una supergigante roja
WOH G64 es una estrella muy particular conocida como una supergigante roja, que hace alusión a su color y al tamaño que puede alcanzar durante estas últimas etapas de su vida. Así, el estudio ha confirmado que este astro es 2.000 veces más grande que nuestro Sol, y se encuentra dentro de la Gran Nube de Magallanes, una galaxia cercana a la Vía Láctea. A pesar de sus dimensiones, la tarea de los astrónomos, que llevan años investigando el astro, no ha quedado para nada simplificada. A tanta distancia, es imposible captar imágenes de estrellas lejanas, y mucho menos de fuera de nuestra galaxia.
Aquí ha entrado en juego GRAVITY, un instrumento que actúa con la potencia de las cuatro unidades del VLT, lo que se traduce en una resolución propia de un telescopio de mucho mayor tamaño. Solo así se ha podido captar esta pionera fotografía, que ha combinado los datos recibidos de estas cuatro unidades y las ha traducido en una sola imagen, que ya ha sido difundida desde el ESO.
Las imágenes confirman que esta estrella se encuentra en sus últimas etapas, muy cerca de su hora final, a diferencia de cuando fue investigada en 2007, cuando estaba considerablemente menos oscurecida. Todo esto, sumado a los materiales que la rodean, que han sido captados también en la imagen, y que son el resultado de diversas convulsiones propias de esta fase final, han permitido comprobar que, efectivamente, la estrella explotará pronto. Ahora, la pregunta es: ¿Cuándo morirá? Por el momento, no se sabe, aunque lo que sí está claro es que no tardara mucho en brillar por última vez y desaparecer por completo.