El español tras el invento que permitió a los británicos ganar la Primera Guerra Mundial

Madrid

Ya han pasado más de 100 años desde el final de la Primera Guerra Mundial, un tiempo en el que el análisis de todo lo sucedido en el conflicto se ha realizado una y otra vez, desde los detalles más importantes hasta los datos más concretos. Los británicos, aliados de Francia y Rusia, fueron uno de los actores más poderosos del conflicto, en parte por el poderío aéreo que manejaban, el cual fue tan importante en el transcurso de la Gran Guerra. Una estructura aérea en la que, en gran medida, tuvo mucho que ver un inventor español muy innovador.

De este hombre han hablado en el último episodio de Ser Historia, Nacho Ares y el investigador y escritor español Jesús Callejo, quien ha desgranado completamente la historia de Leonardo Torres Quevedo. Un hombre cuyos rasgos más destacables eran la "versatilidad", su "obsesión de controlar el aire" y su capacidad para "resolver con la física problemas matemáticos". Empezó a interesarse entonces por los "dirigibles Zeppelin" alemanes que tanto daño hicieron en el mundo y que, según Callejo, "se podrían mejorar muchísimo".

Torres Quevedo desarrolló, entre otras muchas cosas, el "Astra-Torres", "un dirigible flexible que ofrecía las mismas o incluso mejores prestaciones que los modelos rígidos de los Zeppelin" de origen alemán. Fue entonces cuando "las fuerzas armadas de distintos países, por ejemplo, la Marina Nacional Francesa, la Royal Navy Británica o la Armada Imperial Japonesa, estuvieron muy interesadas" en este invento, y finalmente se utilizaron "estos dirigibles, no para cuestiones bélicas, pero sí para protección e inspección naval".

De esa forma, sirvieron para que los británicos "ganasen la Primera Guerra Mundial", ya que propiciaron el "levantamiento del bloqueo de los submarinos alemanes". Se construyeron "60 en Reino Unido" y este sistema defensivo ideado por Torres Quevedo permitió que "ni un solo barco de aprovisionamiento de las islas británicas fuera hundido por un submarino alemán mientras estuvo protegido", aclara Callejo. Algo que dejó "alucinados" a todos los expertos aeronáuticos británicos con los dirigibles de Torres Quevedo, y que propició la buena defensa británica frente a los dirigibles alemanes.