"Su papá iba en la bodega del avión": una tripulante de cabina recuerda uno de sus viajes más emotivos
"Con esa señora pudimos contribuir en algo a su tristeza"
Las entrevistas de Aimar | "Su papá iba en la bodega del avión": una tripulante de cabina recuerda uno de sus viajes más emotivos
Madrid
Los tripulantes de cabina de un avión viven todo tipo de experiencias; algunas son memorables y otras negativas, pero todas ellas deben saber gestionarlas. Tanto es así, que las formaciones que reciben están enfocadas a todo tipo de situaciones, desde actuar ante un ataque de ansiedad de un pasajero hasta resolver una situación difícil con alguna persona agresiva. Aunque también aglutinan vivencias para el recuerdo, ya que los aviones y los aeropuertos tienen mucha vida: un gran viaje puede significar una despedida, un reencuentro o el comienzo de una nueva vida, pero siempre significa algo.
Carmen Nuevo García, directora de Air Hostess Madrid, ha estado en Hora 25, con Aimar Bretos, donde ha hablado de diversos temas relacionados con los vuelos y las muchas anécdotas que acaban experimentando en ellos. Un tiempo que les permite incluso mantener una relación cercana con algunos pasajeros, que luego les dan "las gracias de verdad", los felicitan por cómo ha transcurrido el vuelo e incluso les dicen que repetirán la experiencia por el buen trato recibido. Algo que, cuenta García, es "maravilloso" para ellos porque ven reconocido su esfuerzo y trabajo. Una gratitud que sale más a relucir, si cabe, cuando se viven experiencias "realmente desagradables", como la que cuenta la directora de Air Hostess.
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"Llevábamos a una chica a la que se le había muerto su papá, y su papá iba en la bodega del avión, en el ataúd, porque era de fuera", explica García realmente emocionada. "Con esa señora pudimos contribuir en algo a su tristeza porque la acompañamos en el vuelo", asegura la directora, destacando el papel tan importante que tuvieron en un momento tan delicado. La tripulación intentó hablar mucho con ella y actuaron como "un poco de psicólogos".
Porque, en el fondo, la directora asegura que la tripulación es gente que quiere "ayudar al prójimo". Escuchar, muchas veces, a gente en un avión que tiene sus propios problemas y los comparte con ellos es una liberación", explica García. Una sensación muy bonita, con la que se sienten capaces de "calmar un poco esa tristeza". Y no pasa solo una vez; sucede en multitud de ocasiones con personas con "miedo a volar, ataques de pánico" e incluso rupturas amorosas, como la que cuenta García, de "un pasajero al que le había dejado su novia". Este pasajero iba a darle una sorpresa en Chile, y "dos minutos antes de subir, la chica le dijo que estaba con otro, y ya estaba subido en un vuelo de 12 horas". Todo tipo de situaciones realmente complicadas en las que los tripulantes de vuelo tienen que ejercer un poco de todo.
Las entrevistas de Aimar | Carmen Nuevo García y Gabriela Domínguez