El teleférico más antiguo del mundo lo inventó un español, sigue en funcionamiento y nunca ha sufrido un accidente
Después de más de medio siglo desde su inauguración, han sido necesarias "pocas modificaciones"
El teleférico más antiguo del mundo lo inventó un español, sigue en funcionamiento y nunca ha sufrido un accidente
Madrid
Los teleféricos son ahora una herramienta común. Muchas de las grandes ciudades del mundo tienen uno o varios, y son algo indispensable en las estaciones de esquí para ir de un punto a otro en zonas en las que la movilidad es realmente difícil debido a la nieve. Este tipo de transporte es uno de los más seguros del mundo, en gran parte por su composición. El cable por el que circulan los telesillas está hecho de acero, uno de los materiales más duros y resistentes del planeta. Por ello, no es de extrañar que el primer teleférico del mundo siga aún en funcionamiento.
El responsable de esta creación fue Leonardo Torres Quevedo, un ingeniero español responsable, entre otras cosas, del puntero láser o de los dirigibles que ayudaron a Gran Bretaña a ganar la Primera Guerra Mundial. Fueron tantas las aportaciones de Quevedo que, en el último programa de Ser Historia, Nacho Ares contó con el investigador y escritor español Jesús Callejo, quien relató la vida de este inventor español. Entre los grandes logros de Quevedo está el teleférico, que él llamaba "transbordador", explica Callejo, y que fue el primero ideado para transportar personas.
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El primer teleférico del mundo, el "Niagara Spanish Aerocar", se inauguró en 1916 en Niagara, Ontario, Canadá, y todavía sigue allí. Cruza una distancia de más de 500 metros sobre el río y se encuentra a 60 metros del agua. "Estamos hablando de que todo este ingenio, todo este invento, todo este transbordador del Niagara tiene que ver con España. La construcción, el constructor, el material y la financiación son españoles", relata Callejo. Este primer teleférico está sustentado por "6 cables de acero entrelazados" y la cabina está propulsada por un "motor eléctrico de 50 caballos de fuerza", desplazándose a "7 kilómetros por hora", algo sorprendente tratándose de una fabricación que tiene más de 100 años y que "no ha variado demasiado".
Además, este "transbordador" no ha tenido ni un accidente en más de un siglo, a pesar de haber pasado por más de "15 millones de turistas que lo han probado". Quevedo lo patentó "en 1897", y también lo utilizó en España, en el "transbordador del Monte Ulía", inaugurado incluso antes, en 1907, y que fue el precursor de lo que luego sería el "Spanish Aerocar", en el que "los norteamericanos no confiaban mucho", pero que al final "sigue en funcionamiento, con pocas modificaciones y sin ningún accidente".
Leonardo Torres Quevedo, el Leonardo español