"La casa sigue hasta arriba de lodo y de ramas": fuera de Valencia siguen lidiando con el barro y las pérdidas tanto humanas como materiales

"El centro histórico de Letur está todavía sin agua, sin luz y sin desagües", explica Manuel, "el acceso al pueblo es muy complicado, solo puede ser por una calle que es por la que entró el agua en su día y por la que tiene que salir todo el barro y los escombros". La DANA del pasado 29 de octubre provocó el desbordamiento del arroyo de Letur a la altura de la piscina natural del Charco de las Canales. Se creó un curso de agua monumental que atravesó al municipio albaceteño: "Lo máximo que podía acercarme a la casa de mis padres era 100 metros. Los veía en la ventana con todo rodeado de agua y con la impotencia de no poder hacer nada". Manuel cuenta que sus padres viven ahora en la zona nueva de alquiler y han solicitado las ayudas para este fin. Reconoce que "las administraciones están facilitando mucho las cosas" para poder tramitarlas, a lo que añade que "habrá que esperar a los resultados".

Como en Valencia, la ayuda de los voluntarios ha sido crucial para las labores de limpieza. Víctor va a Letur cada fin de semana desde Murcia a ayudar a su familia y a quien lo necesite: "Todavía se están evaluando los daños de las casas más afectadas, tenemos una a la que no hemos podido entrar aún y estamos a la espera de saber si se salva. Está de lodo y de ramas hasta arriba". También alude a la situación del casco antiguo, ahora vacío de vecinos por casas en peligro de derrumbe o por la falta de suministros que hace inviable vivir allí. "Es muy duro psicológicamente, hemos perdido a 6 vecinos y los lugares de tu infancia ya no son los que eran", argumenta María. Pide que "lleguen las ayudas" y que Letur no caiga en el olvido. Poco a poco, la localidad retoma la normalidad sobre todo en la parte nueva. El colegio ya pudo reabrir sus puertas la semana pasada.

También Mira, en Cuenca, sufre los estragos de las lluvias torrenciales del 29 de octubre. Murió una vecina, 180 casas se han visto afectadas, además del centro de salud que quedó arrasado.

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Benamergosa, zona 0 en Málaga

Otra DANA, la del 13 de noviembre, azotó a la comarca malagueña de la Axarquía. Provocó el desbordamiento del río Benamargosa que inundó viviendas y negocios en el pueblo con el que comparte nombre. "Veíamos cómo desapareció por completo el puente, cómo el agua abría las puertas del almacén de unos vecinos y sacaba todo lo que había dentro. Los contenedores chocaban contra la puerta del supermercado y se formó un remolino", relata Manuela, una de las vecinas de Benamargosa y propietaria de una tienda de riegos. Argumenta que, cuando entraron en el negocio, la marca del agua llegaba hasta los 50 centímetros "y se ha estropeado parte de la maquinaria, tanto propia como de sus clientes".

El pleno Ayuntamiento del municipio ya solicitó al día siguiente del desastre la declaración de zona gravemente afectada por una emergencia de Protección Civil. El alcalde, Salvador Arcas, indica que hay "relativa normalidad" y todos los vecinos ya están en sus casas: "Por el momento, no ha habido ninguna demolición. Los trabajos de limpieza han avanzado mucho y el grueso está ahora en reconstruir la piscina municipal y el campo de fútbol que la riada se llevó por delante". El regidor asegura que las oficinas centrales del Ayuntamiento trabajan duro "para ofrecer a los vecinos una gestión ágil de las ayudas".

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Los voluntarios, llegados de otras provincias incluso, han sido fundamentales también para otros pueblos afectados como Cártama, Álora, Almogía o Coín. De hecho, existen multitud de grupos de whatsapp para organizar y canalizar la ayuda: "Nos adaptamos a las necesidades de cada familia y de cada pueblo que pueden ser distintas dependiendo de la zona". Iñaki es uno de los promotores de estas redes de apoyo que derrochan buena voluntad y solidaridad de quienes aprovechan, sobre todo el fin de semana, para aportar su granito de arena.