Este español fue un pionero de la inteligencia artificial en 1920 y hoy casi todos lo han olvidado

Madrid

La inteligencia artificial ha copado la innovación actual desde hace ya unos años. La idea de que un conjunto tecnológico permita que los ordenadores realicen multitud de funciones más propias de los humanos era impensable hace algún tiempo. Ahora, este desarrollo capacita a una máquina para ver, comprender y traducir lenguaje hablado y escrito, analizar datos o dar respuesta a todo tipo de problemas, algo que parece propio de otro mundo. Todo esto, que parece algo más perteneciente al pasado que al futuro, lleva años gestándose. Hace más de un siglo que un gran inventor español, Eduardo Torres Quevedo, desarrolló algo muy parecido a lo que hoy en día se conoce como inteligencia artificial.

En el último programa de Ser Historia, Nacho Ares ha charlado con el cronista Jesús Callejo, quien ha explicado la vida y los inventos de Quevedo. Un inventor olvidado a día de hoy, pero que marcó toda una época con sus invenciones, desde participar en la victoria de la Triple Entente en la Primera Guerra Mundial hasta crear el primer teleférico, que aún sigue en funcionamiento después de más de 100 años. Entre estos muchos avances para la humanidad, estuvo también el ajedrecista, ideado en 1912 y que "asombró a todo el mundo".

"Ganaba todas las partidas", empieza explicando Callejo, quien cuenta que "los más listos de aquella época se sentían defraudados" al perder una partida de ajedrez contra una especie de "cajón" con "muchas teclas", que jugaba como "si fuera una persona". Un artilugio que Quevedo fue perfeccionando con el tiempo, que era capaz de "ganar a todo el mundo" y que, en aquel momento, "era lo más parecido a la magia" para cualquiera que interactuaba con esta máquina que no tenía "ni siquiera forma humana". Lo que provocaba que los ajedrecistas se sintieran aún peor, al descartar que realmente fuera otra persona la que les estaba ganando.

Esta máquina, de la que solo veían un armatoste con una serie de "engranajes", era capaz "de hacer todo tipo de combinaciones" porque "se las conocía todas", lo que convirtió a Quevedo "en pionero de la inteligencia artificial". Además, señala Callejo, este inventor español fue capaz de "formular" una nueva rama de la ingeniería en aquella época, que es la automática, y que sentó las bases de lo que ahora es la inteligencia artificial.