Las espadas de las películas de Hollywood se elaboran en una fábrica de Toledo
Hora 25 visita la fábrica en Toledo donde se siguen fabricando espadas del mundo del cine y para ejércitos
Madrid
A pesar de que el mundo ha seguido avanzando y las espadas ya no son para la guerra, ahora son cosa de película. Espadas Martos sigue haciendo espadas de la misma manera que se hicieron famosas en Toledo hace más de 400 años. Martín Durán, el gerente de la empresa, nos lleva a una sala repleta de espadas y armaduras. Al haber tanto metal y estar tan iluminada, es una estancia muy brillante. A quien le guste la fantasía reconocerá las espadas de Conan y recreaciones también exactas de la espada del Cid o de anime.
Las espaldas de las películas de Hollywood se elaboran en una fábrica de Toledo
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A esta sala llegan también los representantes de los ejércitos de todo el mundo para comprar los sables que luego llevarán su soldado. “Muchos de los ejércitos de Sudamérica o de Europa llevan nuestros sables. Te puedo hablar de de la Fuerza Aérea de Grecia o del Ejército de Portugal o del Ejército español, por supuesto. Colombia, Uruguay, Chile y dentro de cada país, pues, los diferentes cuerpos. Por ejemplo, en Colombia suministramos a la policía, suministramos a la fuerza aérea, en Chile a los carabineros, a la gendarmería” explica Durán. A pesar de que la espada, como arma, dejó de usarse en el siglo XVIV, el auge de las películas fantásticas e históricas ha supuesto para ellos un empuje tremendo.
Martín nos cuenta que para rodar una película los estudios se crean unos originales de las espadas y las armaduras. Ellos entran en escena justo después. Martín Durán lo explica: “Nosotros realmente lo que hacemos es, posteriormente, negociar la licencia de esa de esa película. Es decir, pagar los derechos para poder reproducir los artículos que en ella salen. Y, efectivamente, nosotros hemos tenido El Señor de los Anillos, hemos tenido Highlander, hemos tenido Alejandro Magno”. Cuando se trata de hacer recreaciones de espadas o armas que son históricas, la cosa ahí cambia, porque no hay a quién pedirle las licencias, obviamente.
“Cuando ves de un museo, pues, le pedimos permiso normalmente al museo para poder coger medidas, poder coger fotografías de las partes anteriores, posteriores” explica Durán. Cuando hacen réplicas para las películas, les exige muchísimo, incluso que las fabriquen golpeándolas en los mismos sitios que hicieron cuando fabricaron las originales. Una vez ya en la fábrica, nos cuentan que las espadas se fabrican en dos líneas de manera paralela. Por un lado, la empuñadura y, por otro, lo que es la hoja. La empuñadura primero se lima y se suele bañar en algún material especial si se necesita.
Por otro lado, se hace la hoja. A ellos les llega la placa de metal y el primer paso sería recortarla. “Nosotros utilizamos el corte por agua o la guillotina, entonces se utilizan y luego el enderezado de las espadas para poderlas llevar al templado, al temple” explica Durán. El enderezado son los golpes que se le dan a la hoja para que vuelva a su forma por si al cortarla se ha doblado por algún lado o se ha deformado. Después el acero se ha de calentar en dos hornos.
“Tiene que pasar por el horno de templado, que le va a dar la dureza, y luego el horno de los revenidos que nos va a dar la flexibilidad”.. De ahí se pasa luego ya a limar las hojas. Esto se hace por si al hacer el recorte del metal o al martillar la hoja se haya quedado, digámoslo así, alguna astilla de metal. En este proceso también se le da brillo a la hoja y es aquí, en este proceso, cuando nos comentan que a pesar de que el mundo del cine, las competiciones de combate o los pedidos de los ejércitos han dado una segunda vida a la fabricación de espadas, pero ahora mismo tienen el reto de atraer a gente joven que aprenda el oficio.
“Este es uno de los oficios que más faltan aquí ahora mismo en Toledo, el de acicalador, somos difíciles. Él (uno de los empleados más jóvenes de la fábrica) ha aprendido de un acicalador que se jubiló hace un mes, aproximadamente. Ya ha estado aprendiendo durante un año, pero nosotros le hemos enseñado el oficio, porque no hay ningún sitio donde se enseñen ese tipo de oficio” cuenta Durán. El gerente prosigue, “mucha gente piensa que el acero se saca de Toledo, pero en realidad viene de otros sitios”. La magia de la ciudad reside en el proceso de fabricación, en concreto, en el templado del acero.
Durán desvela el secreto “Que el acero de Toledo es el mejor, no es real. Quiero decir, nunca ha habido producción, el acero siempre se ha traído del norte de España o del norte de Europa. El acero siempre ha venido de allí. Lo que sí que en Toledo cuentan las leyendas es de que el tratamiento del acero era muy especial. Quiero decir, aquí se sabía tratar muy bien el acero. Las leyendas dicen que que las aguas del Tajo eran mágicas”.
Así que ya saben, es posible que alguna espada que vean en un desfile militar o en una recreación histórica venga de Toledo, o incluso puede que se la vea en alguna figura del Estado. Durán desvela: “El sable que se le entregó a la Princesa (Leonor) hace, el año pasado, creemos, no está confirmado …nos comentaron desde la academia que el sable que le habían entregado era de aquí”.