Universidades agonizantes
Los presupuestos de la Comunidad de Madrid para la educación pública superior no cubren siquiera los gastos de personal
Universidades agonizantes
Madrid
Un profesor de una universidad pública madrileña comenta en alto a un grupo de amigos: “Si se estropea la impresora del Departamento nos quedamos sin impresora. No hay dinero para sustituirla ni para arreglarla”. Le insisto, fuera ya de la tertulia, si el ejemplo es una metáfora. “Es literalmente exacto”, concluye. Si ello es así con las infraestructuras más básicas, qué pasará con los programas de investigación.
Los presupuestos de la Comunidad de Madrid para la educación pública superior no cubren siquiera los gastos de personal. Son cantidades claramente insuficientes e irrisorias para el mantenimiento de un buen servicio público.
Todos los estamentos (rectores, profesores, alumnos), prácticamente sin diferencia de ideologías, coinciden en que ese abandono es la manifestación del desprecio que el gobierno de Díaz Ayuso siente por las universidades públicas de la comunidad, asediadas por la creación de instituciones privadas. En este momento hay seis establecimientos públicos por 13 privados.
Es cierto que ahora hay una burbuja de universidades privadas en toda España, pero su concreción más rotunda se da en Madrid. El resultado es que se deja a lo público abandonado a su suerte y se reduce su calidad. Es un deterioro intencionado.
El ascensor social es, ante todo, la educación. Si ésta no funciona, se desmantela por la vía de los hechos una de las instituciones fundamentales de nuestra sociedad.
Luego va y ganan los Trump
Joaquín Estefanía
Es periodista, exdirector del periódico 'EL PAÍS'...