¿Dónde está el Mbappé de años atrás? Es la pregunta que más retumba en el madridismo cada semana desde la llegada de Kylian Mbappé al Real Madrid este verano. La versión que está mostrando el delantero de Bondy está muy lejos de parecerse a la que reflejaba en el Paris Saint o en la selección francesa. Este miércoles, el encuentro ante el Liverpool fue una muestra más de que Mbappé no termina de adaptarse al conjunto blanco. Por debajo en el marcador y con Vinicius viendo el partido desde Madrid, todos los focos apuntaban al atacante galo. Desde la izquierda, su posición natural, estaba llamado a ser el líder del ataque de un Real Madrid mermado por las bajas. Pero, desde el arranque, Kylian mostró una versión muy similar a la que nos tiene acostumbrados desde que su llegada al club blanco: poco protagonismo y poco acierto en la toma de decisiones. El francés está precipitado y eso se nota en sus acciones, pero el fútbol muchas veces es caprichoso y le dio la oportunidad de acabar con las dudas de un plumazo. El delantero de Bondy tuvo la oportunidad de echarse al equipo a las espaldas desde los once metros y poner las tablas en el marcador, pero ni por esas consiguió el desenlace buscado. Mbappé asumió la responsabilidad, buscó su lanzamiento de seguridad a la derecha del portero, pero Kelleher acertó su disparo y puso patas arriba Anfield. Una acción que le acabaría señalando aún más por el madridismo. En los cinco partidos disputados en Champions League hasta la fecha, Kylian Mbappé solo ha sido capaz de ver puerta en una ocasión; ante el Stuttgart en la primera jornada de la competición europea. En el documental de «Movistar+» «No tenéis ni p*** idea» se emitió un discurso de Luis Enrique a Kylian Mbappé cuando era jugador del PSG. Estas declaraciones del entrenador del conjunto galo se están haciendo virales en redes sociales tras el aciago partido de Mbappé en Liverpool. «Tú tienes que dar ese ejemplo, primero como persona y como jugador, de ir a presionar. Te vas a pegar todo el partido presionando a Cubarsí para que no avance y a Ter Stegen para que juegue rápido. Y volviendo rápido, ¿para qué? Para ser un líder», comenzó explicando Luis Enrique, demandando un esfuerzo extra en labores que suelen quedar en la sombra. «Tú piensas que tienes que marcar goles, y claro, porque eres un fenómeno, un top mundial, pero a mí no me vale eso. Un líder de verdad es el que, cuando no puede ayudar con goles, nos ayuda en lo defensivo», continuó explicándole, y poniéndose en la situación de hasta dónde podría llegar el equipo en caso de multiplicar su incidencia en labores de contención. «Si tú solo presionas es la ostia, pero si encima coges a Ousmane, a Kolo Muani, a Barcola, a Gonçalo o a Asensio y te pones como ejemplo a presionar... ¿Sabes lo que tenemos? Una puta máquina de equipo», le insistió el entrenador en esta conversación ante un atento Mbappé. «El día que tú no ataques tienes que ser el mejor jugador de la historia defendiendo. Eso es un líder. Eso es Michael Jordan», cerró, dejando una «masterclass» de unos segundos sobre cómo entiende el liderazgo en un equipo de fútbol.