Decenas de detenidos por disturbios en Georgia después de que el Gobierno haya decidido paralizar su entrada en la UE

Policía y manifestantes se han enfrentado en las últimas horas en las calles de Tiflis, la capital de Georgia, después de que el Gobierno del país, de corte prorruso, haya anunciado que detiene el proceso de negociación para entrar en la Unión Europea hasta el año 2028. Los disturbios siguen a las elecciones en las que el partido de corte prorruso ha vencido; unos comicios cuya transparencia ha puesto en duda la Unión Europea.

El primer ministro georgiano, Irakli Kobajidze, anunció este jueves el frenazo a las aspiraciones europeístas de parte de la población después de que el Parlamento Europeo aprobara una resolución en la que no reconocía tampoco los resultados de las elecciones. Acto seguido la oposición salió a las calles y al menos 43 personas han sido detenidas. Bruselas había alertado previamente de la influencia de Rusia en las elecciones y de la violencia ejercida contra la oposición.

Según el Ministerio del Interior, los manifestantes "dañaron infraestructuras, prendieron fuego a objetos desconocidos en la zona, levantaron barricadas, dispararon botellas de vidrio, piedras, objetos de hierro y pirotecnia en dirección a la Policía". La propia presidenta del país, Salomé Zourabichvili, se ha unido a las protestas ya que no reconoce tampoco el resultado electoral.

Una de las activistas más conocidas del país, Marika Mikiashvili, relata a la SER esas intimidaciones: "Durante los meses de las protestas recibimos muchas amenazas, activistas han sido golpeados y arrestados. Recientemente, se han producido investigaciones financieras, presiones y chantajes en ese sentido. Y también algunos han sufrido registros en sus casas". Mikiashvili cree que Sueño Georgiano, el partido ganador de las elecciones y actualmente en el gobierno, "siempre ha sido prorruso, pero no podían decirlo en estos años pasados porque en ese caso no hubieran logrado mantener el poder".

El embajador de la UE ante Georgia, Pawel Herczynski, ha calificado la decisión del gobierno de "triste y descorazonadora", ya que sitúa al país en la esfera de influencia directa de Rusia. El representante europeo cree además que la posición de Kobajidze no se corresponde el deseo de la mayor parte de la población del país caucásico. Georgia había solicitado la adhesión en 2022 y consiguió el estatus de candidato hace justo un año.

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Giro hacia Rusia

El gobernante Sueño Georgiano ha ido virando su posición desde un proeuropeísmo moderado hacia una adhesión a los postulados que vienen desde Moscú. Después de su victoria en las elecciones cuyo resultado está puesto en duda por la UE y por la oposición georgiana, el partido ha presentado a un exfutbolista de extrema derecha, Mikheil Kavelashvili, como candidato a la presidencia del país.

Esta formación ha escenificado su cercanía a Rusia al promover dos polémicas leyes en los últimos meses que empezaron a alejar a Georgia de la Unión Europea. Una establece las bases para sancionar a todo aquella empresa u organización que pueda recibir financiación desde el extranjero, lo que habilita en la práctica a perseguir a grupos opositores. Este proyecto fue creado, entre otros, por Kavelashvili. La otra reduce drásticamente los derechos de la población LGTBIQ+. Ambas legislaciones son imitaciones de leyes semejantes vigentes en Rusia.

Rusia mantiene además su esfera de influencia en dos territorios georgianos separatistas vinculados a Moscú como son Abjasia y Osetia del Sur, cuya independencia reconoce. Mikiashvili nos cuenta que el propio partido gobernante intenta utilizar esa realidad para ganarse a la opinión pública: "Sueño Georgiano trata de presentarse como el que va a unificar el país, dice que su victoria es sinónimo de la unificación de Georgia. Pero eso es un engaño. Rusia no va a irse de los territorios que ha ocupado", concluye.