La fina línea entre el activismo digital y el postureo: 150.000 peticiones en internet buscan cambiar España
La plataforma más conocida es change.org donde han nacido iniciativas para regular la eutanasia, acabar con las guardias 24 horas, o rebautizar el aeropuerto de Baleares como "Rafa Nadal"
La fina línea entre el activismo digital y el postureo: 150.000 peticiones en internet buscan cambiar España
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Madrid
El activismo digital empezó con los correos electrónicos y los SMS. A esto, le siguieron las redes sociales con movimientos como el #Meetoo, #Blacklivesmatter o #Fridaysforfuture, y las plataformas de petición de firmas, que ya juegan un papel fundamental como altavoz para la sociedad. Para hacernos una idea, en Change.org España hay aproximadamente 152.000 peticiones abiertas y a nivel global más de cinco millones.
Las peticiones que más resuenan en internet
La que más resuena ahora mismo es la de Tamara Contreras, con cerca de 200 MIL firmas en la plataforma, que ha conseguido llegar hasta el congreso para pedir que acaben con las guardias de 24 horas. Otra que sigue recolectando popularidad es la de ayudar a los refugiados ucranianos que están en los pasos fronterizos con Polonia. Sin embargo, hay muchas que se quedan, en eso, en una petición en internet. Un ejemplo es la que anima a que el aeropuerto de baleares se rebautice como "Rafa Nadal".
La doctora en comunicación y profesora de la Universidad de Valencia, Dafne Calvo, considera que el activismo digital, triunfe o no, es una forma de incidir en la esfera pública: “No siempre es exitoso por alcanzar unos fines políticos tangibles. Es decir, un movimiento social no solo es exitoso cuando consigue modificar una legislación. Tenemos que entender que son importantes en la medida en la que cambian las visiones que la sociedad tiene sobre un tema y añaden las cuestiones que son preocupantes en la agenda política”. Aunque también defiende que, en ocasiones, más que activismo, es postureo. “Es una forma de participación muy limitada y que en muchos casos se queda ahí porque las intenciones que tiene la persona tienen que ver más con cierta sensación de satisfacción por haberse posicionado y generado cierta idea sobre uno mismo en el espacio público”, asegura.
Las peticiones que ya cuelgan el cartel de victoria
Más allá del dilema entre postureo y activismo, la parte esperanzadora de las peticiones digitales es la de aquellas que ya sostienen el cartel de victoria, como la famosa campaña "Soy mayor, no idiota", de Carlos san Juan. Su repercusión fue tal que llamó la atención de la entonces ministra de economía, Calviño. A día de hoy, San Juan sigue esperando más mejores, pero, por el momento, su campaña ha conseguido que los bancos amplíen su horario de atención.
Otro éxito fue la puesta en marcha del teléfono de atención a las víctimas de suicidio; o la de Marcelino, una de las más recientes. Esta última logró que las pasarelas de las playas sean más largas para que las personas en silla de ruedas puedan llegar hasta la orilla.
Pilar Díaz de Aguilar
Graduada en Derecho y Periodismo por la Universidad CEU San Pablo. Máster en la Escuela de El País....