Niños, no miréis

Barcelona

Australia prohibirá las redes sociales a los menores de 16 años. Los políticos australianos, como los franceses el año pasado, reconocen que las redes son adictivas, tóxicas, violentas y embrutecedoras. Y como no pueden cambiarlas, prefieren mantenerlas lejos de los jóvenes. La ley australiana exige a los dueños de las redes que sean ellos mismos quienes controlen su producto y eviten que llegue a los niños. Lo cual viene a ser como si se exigiera a los capos del narcotráfico que impidieran el consumo de drogas a los menores de edad. Tengo mis dudas sobre la eficacia de estas leyes. También tengo mis dudas sobre la existencia de alguna tecnología o algún castigo capaz de impedir a una persona adolescente y, por definición, hábil en los dominios digitales, el acceso a un producto adictivo, tóxico, violento y embrutecedor: justo el tipo de cosa que suele apetecer a esa edad. Supongamos, y es mucho suponer, que la prohibición pudiera aplicarse efectivamente. Ahora imaginen a una chica o un chico que cumple por fin 16 años y accede por primera vez al fruto prohibido de las redes. ¿Se hacen una idea del impacto? Creo que estas leyes son el enésimo ejemplo del politiqueo moral, tan de moda en la actualidad. Son medidas cuya única utilidad consiste en demostrar que el político asume una posición moralmente correcta. Y creo, sobre todo, que constituyen una alegoría de la época. Niños, os dejamos una naturaleza podrida, una sociedad cada día más injusta, una economía fuera de control y un mundo azotado por la guerra. Os dejamos un auténtico asco. Por eso os pedimos que no miréis hasta que seáis un poco más mayores y podáis sentiros, como nosotros, responsables del desastre. Me llamo Enric González. Les deseo a todos ustedes, niños y adultos, un día feliz sin redes.