Débil es la carne
Me pregunto qué será de esos soldados cuando vuelvan a sus casas y no puedan conectarse a su canal favorito de porno
Ignacio Martínez de Pisón: "Débil es la carne"
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Madrid
Si yo fuera coreano y me mandaran a la guerra entre Rusia y Ucrania también me haría adicto al porno. Es lo que dicen que les está pasando a los diez mil soldados enviados por Kim Jong-un, miembros de una unidad de élite del ejército llamada Cuerpo de Tormenta. Hasta el nombre, Cuerpo de Tormenta, tiene connotaciones pornográficas, y tal vez un homenaje oculto a Stormy Daniels, la amiguita de Trump que cobró un dineral por no contar intimidades.
Según los expertos, los militares coreanos están entrenados para soportar un alto grado de dolor físico y de tortura psicológica. Vale. Podrán resistir el dolor y la tortura pero a ver quién se resiste a la tentación de mirar unos culos y unas tetas cuando por fin llegas a un rincón del mundo en el que Internet no está prohibido.
Los dictadores es lo que tienen: que solo ves lo que ellos quieren. En la televisión norcoreana te puedes hartar de fastuosos desfiles, imágenes de fábricas a pleno rendimiento y documentales sobre el origen sagrado de la dinastía Kim. En fin...
Me pregunto qué será de esos soldados cuando vuelvan a sus casas y no puedan conectarse a su canal favorito de porno. "Que me quiten lo bailao", dirán algunos. "Pues ya te lo han quitao", les diré yo.