El Reto Pelayo Vida ya está en la Antártida: “Muy pocos tenemos la suerte de haber estado aquí”

Isla Decepción, Antártida

Pasan unos minutos de las seis de la mañana cuando ‘El Doblón’ atraviesa los Fuelles de Neptuno, las puertas de entrada al volcán que es Isla Decepción, la primera parada en la Antártida del Reto Pelayo Vida 2024. Después de cuatro tortuosos días en el paso de Drake en el que solo se veían grandes olas de mar, la goleta se adentra en una bahía que prácticamente está rodeada de tierra volcánica y nieve. Son unos 15 kilómetros en forma de anillo que abrazan al frío agua que sirve de puerto para la embarcación.

Es hora de afrontar la nueva fase del desafío y olvidar los males del Drake. “Qué ganas tenía de que llegara este momento, lo que hemos vivido estos días ha sido lo contrario a un paseo, sino una aventura de mucha envergadura”, comenta con cierta liberación Macarena a sus compañeras. Las cinco expedicionarias se atavían con la ropa necesaria para unos desembarcos que ahora empezarán a ser habituales, y gracias al ‘dingui’ (un pequeño bote a motor) que conduce Pedro, el dueño de ‘El Doblón’, llegan a la playa de color negro de Isla Decepción. Se abrazan, gritan y también se escapa alguna lágrima. “He sentido muchísima emoción, es un sueño cumplido, muy pocos tenemos la suerte de haber estado aquí”, confiesa Marta con los ojos vidriosos. “Es un regalazo, un espectáculo ver todo esto”, exclama Cruz.

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Con una sensación térmica que ronda los diez grados bajo cero, la primera anfitriona para las aventureras es una de las dos ‘embajadas’ que España tiene en la Antártida. La base Gabriel de Castilla, es a más de 12.000 kilómetros de casa, un reducto de nuestro país que sirve para que estas mujeres den los primeros pasos en un nuevo mundo. Aunque no se pondrá en marcha hasta navidades cuando llegue el verano a esta parte del globo terráqueo, por todas partes hay restos de las actividades que desde 1989 se realizan en este lugar. La base está gestionada por la División de Operaciones del Estado Mayor del Ejército de Tierra, mientras que en la parcela científica la batuta la lleva el Comité Polar Español.

Por sus ‘calles’ repletas de nieve las participantes del Reto pasean hasta que, delante de unos carteles que muestran diferentes localidades españolas y los lejos que se encuentran, las cinco mujeres se detienen para dejar un recuerdo para esas decenas de trabajadores españoles que desembarcarán en Isla Decepción en unas semanas. Aunque Patricia es quien firma la bandera, el texto lleva la impronta de todo el equipo: “A la base Gabriel de Castilla, de las expedicionarias del Reto Pelayo Vida contra el cáncer, con su fuerza y esperanza han conseguido llegar hasta aquí. Un abrazo ‘apretao’”.

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