'Arroz y tartana', la novela de Blasco Ibáñez que mejor cuenta la ciudad de Valencia

Vicente Blasco Ibáñez nació en Valencia en 1867 y murió en Menton, Francia, en 1928. Fue el primer súper ventas español. Su personalidad y originalidad cubrían sus carencias literarias. Su portentosa imaginación, su expresividad, su fuerza casi mediática a la hora de crear, unidas a su facilidad evocadora, a su simpatía personal y al interés y amenidad de sus temas, hicieron de él un fenómeno literario. En Hollywood se pegaban por sus historias, fue asediado por editoriales y productoras cinematográficas. 'Arroz y tartana' se publicó en 1894. Fue escrita como folletín para el diario y apareció después como libro. Es una novela magnífica que retrata como ninguna la ciudad de Valencia, y pone su objetivo en la incipiente burguesía española. Es sorprendente, emocionante, divertida y a ratos triste.

'Arroz y tartana' pertenece a la primera etapa creadora de Vicente Blasco Ibáñez, en la que predomina el ambiente valenciano y que es, para algunos críticos, la más valiosa dentro de su obra, con novelas como 'La barraca', 'Entre naranjos' y 'Cañas y barro'. 'Arroz y tartana' fue escrita para el folletín del diario republicano 'El Pueblo", que el mismo Blasco Ibáñez había fundado. La verdadera protagonista de esta novela es la ciudad de Valencia. Las descripciones son largas y extraordinarias. La novela recorre prácticamente todas las festividades de la ciudad. Comienza con una descripción maravillosa del Mercado de Valencia en plena Navidad, y cuenta las fiestas de San José, la Semana Santa, el día del Corpus, la feria de julio, los toros, la pólvora, las bandas de música y las Fallas, en una escena llena de tensión.

Como señala Luis Segura en el blog El caballero de los libros, en 'Arroz y tartana' están presentes los grandes vicios universales que tanto juego dan en la obra de Blasco Ibáñez: la envidia, la avaricia, la ira o la lujuria. Relata la ruina de la familia de Manuela Pajares, una antigua tendera valenciana obsesionada con las apariencias. La historia se desarrolla en Valencia, en la segunda mitad del siglo XIX, durante alguno de los gobiernos de Sagasta. Doña Manuela es el vórtice que atrae hacia sí y hace girar en torno suyo al resto de personajes. Es una mujer interesada, dominada por la vanidad y la soberbia, manirrota y obsesionada por aparentar una posición social que no se corresponde con la realidad económica.

Según Luis Segura, en 'Arroz y tartana' predominan dos temas: el afán por aparentar y la gestión del dinero propio, oponiéndose dos modelos o actitudes: por un lado, el de las personas que viven por encima de sus posibilidades, y son devoradas por la ambición de prosperar espectacularmente, con una crítica explícita de la Bolsa; por otro, el modelo realista y moderado, encarnado en varios comerciantes honrados y laboriosos, como don Eugenio, fundador de Las Tres Rosas, y el propio hermano de doña Manuela, que apuestan por una vida tranquila asentada en el orden, la sobriedad y la economía. 'Arroz y tartana' encaja más en la corriente naturalista, que refleja la parte más cruda y desagradable de la realidad, sin prescindir de escenas dramáticas y situaciones paródicas.