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Sociedad

¿Cuál es la diferencia entre las plantas caducas y plantas perennes?

Este es el motivo por el que se caen las hojas de las plantas y árboles

Plantas perennes y caducas

Quería comentar la diferencia entre plantas caducas y plantas perennes, y nuestros arbolitos de nuestros semilleros nos pueden servir de ejemplo. En estos semilleros tenemos distintas especies de árboles. Unos son caducos, como el ginkgo (Ginkgo biloba) y otros son perennes, como la encina (Quercus ilex). Son dos estrategias de crecimiento diferentes.

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Por un lado, los ginkgos han seguido el camino de tirar la hoja, y permanecer dormido mientras pasa lo peor del invierno con su frío, sus heladas y sus nevadas. Por eso es una planta adecuada para lugares de nuestro país con temperaturas bajas o incluso muy bajas en el invierno. Lo mismo le ocurre a una infinidad de árboles, como los robles (Quercus spp.), de los que tenemos en esta bandeja algún representante, o los manzanos (Malus domestica), por ejemplo.

En cambio, las encinas que tenemos aquí tienen hojas perennes, que permanecen en el árbol los doce meses del año. Evidentemente, cada una de estas hojas tiene una fecha de caducidad, y durará en el árbol dos, tres, cuatro años, para después caer y dejar el relevo a otras hojas nuevas y más frescas. Esto tiene una ventaja: al no tirar la hoja en el invierno, si durante un día sube la temperatura lo suficiente, por encima de diez o doce grados, esta encina podrá hacer fotosíntesis, y obtener energía en lo más duro del invierno. Es una ventaja para ella, que no cierra su fábrica de producción de energía, que sigue teniendo sus hojas, que son como paneles fotovoltaicos.

En teoría, las hojas de las especies caducas son menos costosas de producir que la de las plantas perennes. Suelen ser hojas con tejidos más tiernos, mientras que las especies con hojas perennes tienen tejidos mucho más duros y resistentes, porque han de sobrevivir a muchas más inclemencias que las de las plantas caducas. Resistirán el frío, el hielo, muchísimas más horas de viento y de sol, porque viven varios años. Por eso, la planta ha de destinar más recursos energéticos a producir estas hojas tan resistentes. No tenemos más que pensar en las hojas del acebo (Ilex aquifolium), del magnolio (Magnolia grandiflora), de los pinos (Pinus spp.).

La observación detenida de las plantas nos da pistas

Vamos a mirar detenidamente a los naranjos trébol (Citrus trifoliata) que sembramos. Miden entre 10 y 15 centímetros, y son un palito con pinchos, porque tienen estas espinas para defenderse. Lo curioso es que han tirado sus hojitas inferiores, que el otro día estaban amarillas, pero las hojas de la punta, las hojas del extremo siguen verdes. Esto es debido a un control hormonal que tiene la planta, que sigue alimentando a las hojas más energéticas, a las hojas que consiguen hacer más energía.

Evidentemente, estas hojas que consiguen más energía son las de la punta, porque tienen más luz y, por lo tanto, hacen más fotosíntesis. En ese extremo se produce una hormona vegetal que se llama auxina, y que favorece el crecimiento del tallo en las plantas.

Al ver esto, que las hojas de la punta del tallo siguen verdes, mientras que el resto se han caído, yo ya sé que esta planta está muy fuerte, y que el año que viene va a crecer mucho más en longitud, porque este extremo tiene esta hormona, la auxina. Es una forma muy curiosa de saber en qué parte tiene más energía una planta caduca. Hoy mismo, al salir a la calle, podemos fijarnos en qué parte de los árboles caducos de las aceras o de los parques mantienen sus hojas verdes, para saber por dónde va a crecer más esos árboles. Sus colores lo delatan.

La akebia, ¿caduca o perenne?

La akebia (Akebia quinata) o trepadora chocolate es una especie que se puede comportar como perenne, semicaduca o caduca. Esto quiere decir que va a depender del clima en el que esté creciendo para que mantenga o no la hoja. Por ejemplo, la nuestra de la terraza está muy expuesta al aire frío, en una octava planta de un edificio muy alto. Esto significa que la planta va a sufrir menor temperatura que otra akebia que estuviera creciendo a pie de calle, por ejemplo. De hecho, si eso ocurriera, veríamos cómo la akebia plantada en un jardín a pie de calle mantendría la hoja, mientras que la nuestra, aquí arriba, es caduca.

Ayer pasé por unas akebias que me gustan mucho, que están plantadasen el muro perimetral del Jardín Botánico de Madrid. Pues bien, las akebias que tienen la copa de los árboles por encima de ellas mantienen las hojas, mientras que unas akebias que no tienen árboles por encima de ellas tenían un color más amarillento, al sufrir más frío.

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En general, podríamos decir que la akebia es semicaduca, es decir, que pierde una parte de la hoja, mientras que la otra la mantiene. Nosotros veremos dentro de unas semanas si la nuestra mantiene algo de hoja o la tira por completo.

¿Sería un problema para la planta si pierde toda la hoja?

No, para nada. Es una adaptación al sitio en el que vive. Eso es lo fascinante de las plantas que cultivamos, que se adaptan al entorno de manera muy eficaz, tienen mecanismos para hacer frente al estrés de la vida. Si llega demasiado frío para la akebia, esta prefiere tirar toda la hoja, y esperar a que llegue mejor temperatura para brotar. Cuando eso ocurra, nosotros la ayudaremos, con un buen abonado en primavera, que será como un desayuno rico por la mañana para empezar bien el día.

Esto es algo que hemos mencionado varias veces: no es lo mismo cultivar una planta en dos sitios diferentes. Por eso, el aprendizaje es continuo en jardinería.

El ciclamen, una planta ideal para estas fechas. No me he podido resistir a traer un nuevo ciclamen para nuestra terraza. Se trata de la especie Cyclamen persicum, una planta que proviene de la zona mediterránea oriental, desde Grecia, pasando por Turquía, Jordania y Palestina. Se cultiva profusamente en estas fechas, además de porque es muy bella porque su floración coincide con la Navidad. He metido en el estudio nuestro primer ciclamen, de flor rojo intenso, que planté en una jardinera entre muchas plantas suculentas, como Sedum (Sedum spp.) o madreperlas (Graptopetalum paraguayense), todas estas plantas de hojas carnosas.

Lleva ya tres temporadas con nosotros, y vuelve a florecer y a crecer todos los otoños, para regalarnos sus flores hasta el comienzo de la primavera prácticamente. Lo bello de esta planta es todo: sus hojas con forma de corazón, sus flores de color blanco, rosado o rojizo, dependiendo de la variedad que escojamos en la floristería. Así que animo a los oyentes a que se hagan con un ciclamen hoy mismo, que se lo regalen a alguien querido, porque es una planta perfecta para que crezca en un alféizar de una ventana, sin mucho sol.

Eduardo Barba

Eduardo Barba Gómez es jardinero, investigador...