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Jacques Audiard: "El ADN de 'Emilia Pérez' es la ópera. Es caricaturesca, es impura, es simplista. Asumo el riesgo de ser ridículo"

El director francés estrena la propuesta más kamikaze del año, un musical sobre una narco trans que protagoniza la española Karla Sofía Gascón junto a Zoe Saldaña y Selena Gómez

Jacques Audiard y Karla Sofia Gascon presentan 'Emilia Pérez' en Madrid (Photo by Borja B. Hojas/WireImage) / Borja B. Hojas

Jacques Audiard y Karla Sofia Gascon presentan 'Emilia Pérez' en Madrid (Photo by Borja B. Hojas/WireImage)

Madrid

Hay pocos directores en el cine contemporáneo con la versatilidad de Jacques Audiard (París, 1952). El cineasta francés ha conformado una filmografía inclasificable y diversa que va de los dramas románticos y familiares al noir carcelario y el thriller migratorio pasando por la comedia de impostores o la revisión del wéstern. Ha rodado en francés, inglés, tamil y ahora se atreve con el español en el que quizás es su proyecto más extremo y arriesgado, Emilia Pérez. "Yo mismo me sorprendo, pero no hago los proyectos para sorprender. No podría hacer las películas que hice hace 10, 15 o 20 años. No se me ocurriría volver a hacerlas, porque para mí esos temas están agotados. Siento que lo único que puedo hacer es tratar de ser contemporáneo a mi época, ser lo suficientemente curioso como para mirar al tiempo que vivimos a los ojos e intentar buscar formas de representación, los dramas que pueden representar esta época. En el caso de ‘Emilia Pérez’ no habría tenido el bagaje formal hace 10 años para hacerla", explica el director durante un encuentro en el pasado Festival de San Sebastián.

Aunque cada una de sus películas es diferente, en ellas es posible hallar algún rastro común, no tanto de estilo o género en un autor capaz de dominar con mayor o menor acierto diversos registros, sino en historias que hablan de búsqueda, de transformación, de identidad y de si es posible tener más de una vida. "He visto que hay un tema recurrente en mis películas, que se repite con frecuencia. En ‘De latir mi corazón se ha parado’, en ‘Lee mis labios’ y en ‘Un profeta’ está el tema de a cuántas vidas tenemos derecho. Está esa pregunta, ¿cuántas vidas se nos permite vivir? Sabemos cuánto cuesta la primera, en la que vivimos, pero si cambias tu vida, ¿cuánto cuesta la segunda? ¿Cuál será el precio a pagar por ello? Emilia Pérez quiere huir de ese cuerpo y en este movimiento de huida hacia su segunda vida, debe dejar a sus hijos. Ese es el precio a pagar", cuenta Audiard del hilo que une sus anteriores filmes con esta nueva película, un explosivo musical sobre una narco trans que triunfó en Cannes y que va camino de los Oscar.

La historia de Emilia Pérez se basa libremente en un libro que llegó a manos del director - Écoute, de Boris Razon-, y cuya historia le impulsó a empezar a escribir un esbozo de guion para ver dónde le llevaba. El relato es, a priori, bizarro y surrealista, pero en manos de Audiard acaba convirtiéndose en un original musical político que sale vivo de cada giro, de cada tema farragoso y de cada número de baile. "No me levanto por las mañanas pensando en qué locura voy a hacer hoy. No lo tengo planeado así, pero la historia surgió a partir de leer una novela en la que había un personaje, un narco, que quería transicionar, es una idea que nunca se me habría ocurrido. Me inspiró y me estimuló tanto que empecé a escribir un guion en 2019. Rápidamente y para mi sorpresa, surgió en forma de ópera. Era un libreto operístico que se dividía en actos, no eran tanto escenas, sino más cuadros. Eran personajes muy arquetípicos, buenos, malos, negros o blancos, había poco desarrollo psicológico. Todo el trabajo posterior consistió en adaptar esta idea operística al musical. Y digo musical porque se canta y baila, pero no se me ocurrió de forma evidente, no relacionó tanto la música con las imágenes, por eso prefiero decir drama musical o melodrama", defiende.

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La española Karla Sofía Gascón, la gran revelación de la temporada, es la protagonista absoluta de esta historia, con permiso de Zoe Saldaña y Selena Gómez. Ella quiso interpretar al narco antes de la transición, al temible Manitas que inunda de violencia y sangre una región de México, y ser esa nueva Emilia Pérez, una mujer que quiere reparar el daño y ayudar en la búsqueda de los desaparecidos. Esa es una de las cuestiones centrales del filme, la transformación moral, además de física, del propio relato, una correlación con la que Audiard no se siente muy a gusto. "Es una pregunta que me están haciendo mucho, la de la transición moral de la protagonista y la violencia. Solo diré que en las últimas elecciones mexicanas dos mujeres se postularon para la presidencia y hoy una de ellas es presidenta. Y al mismo tiempo, la semana pasada, hubo 15 asesinatos en una región que no recuerdo. De todos modos, soy optimista, creo que los hombres tienen un historial de mal y violencia evidente. Lo que hay que hacer es convertir todo esto en una comedia", se limita a comentar al ser preguntado si Emilia Pérez plantea esa dicotomía sobre el origen de la violencia. Y añade una reflexión. "Creo que las cosas han cambiado enormemente en los últimos 15 o 20 años. Es un hecho, no sé si estamos alcanzando la paridad, pero algo realmente ha cambiado y algo está cambiando. Ese proceso no ha terminado. Por ejemplo, el personaje de Emilia cree en ello, quiere reparar el daño que hizo, quiere mejorar de alguna manera el mundo en el que vive pero ese mundo la alcanza. Ella cambia, pero el mundo, no, las cosas van a una velocidad diferente. Aquí somos muy inteligentes, muy abiertos, muy fluidos, como dicen, pero hay que ir a otros sitios".

Si Emilia Pérez es ya de por sí un proyecto kamikaze, a eso hay que sumarle un reparto entre español, mexicano e inglés, un director francés, y una música que mezcla idiomas en un rodaje que tuvo lugar en París. Revela Jacques Audiard que el proceso fue curioso pero muy orgánico. Él escribía el guion en francés, una traductora lo iba adaptando al español y, mientras tanto, los compositores trabajaban con la música para crear este particular universo sonoro. "Siempre pensé que sería en español y los músicos también querían que fuera así. Es un idioma operístico, no como el francés, aunque tengamos a Debussy. Tiene la garganta llena, la boca llena, está acentuado, es un idioma maravilloso para cantar, igual que el italiano. Tampoco podría haber sido una ópera en inglés y ambientada en Estados Unidos porque es una historia sobre gente pobre en un país emergente", argumenta.

Hay algo también en la película de intentar diluir los géneros cinematográficos a base de acumular referencias, de mezclar estilos y propuestas y de hacer siempre lo que nadie espera que un director haga, en un alambra permanente entre el drama familiar, el thriller, el melodrama, el culebrón típicamente mexicano, el musical, el wéstern... Todo entra en Emilia Pérez y casi siempre cae de pie. Una película que fluye como la identidad de su personaje protagonista sin miedo a transgredir cualquier norma. "El ADN de la película es la ópera. Es caricaturesca, es impura, es simplista. Si eres consciente como yo, la cuestión es dónde pones el límite. Esto plantea la pregunta, ¿hasta dónde podemos llegar? ¿Hasta dónde podemos llegar en la simplificación? ¿Vamos tan lejos en lo grotesco y lo kitsch? Yo asumo ese riesgo. Hay algo de impuro en el proyecto, que se nos va de las manos, que tienes que aceptar. Asumo el riesgo de ser ridículo", explica entre risas.

El autor francés defiende esa subversión y esa exploración estilística que ha llevado la película a ser una de las obras más importantes de esta temporada. Ganó el Premio del Jurado en Cannes y el de mejor interpretación femenina para todas sus actrices en un reparto encabezado por Karla Sofía Gascón, la actriz española que está cerca de hacer historia al ser la primera intérprete trans nominada en los Oscar. De ella, dice Jacques Audiard, ha sabido escuchar y aprender cada día. "No tengo mucho conocimiento sobre toda esta cultura sobre el género y en todo eso Karla Sofía fue mi profesora. Lo primero es una gran actriz, es jodidamente buena, y su propia historia es lo que hace que interprete de esa forma. Yo no sé lo que es vivir 25 años en un cuerpo que rechazo, ella sí ha pasado por eso. Ahí está esa fibra de su interpretación, la emoción que transmite viene de eso. Podría decirte que he vivido eso con otras actrices, pero no. Hay una mezcla de potencia y de dulzura que es increíble. Ahí está su originalidad y la emoción que ella es capaz de transmitir", concluye el autor. Emilia Pérez es la película que representará a Francia en la próxima edición de los Oscar, una cinta en español y que, paradojas de la industria, la distribuye Netflix en EEUU como su gran apuesta para la carrera de premios.

José M. Romero

José M. Romero

Cubre la información de cine y series para El Cine en la SER y coordina la parte digital y las redes...

 
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