Biografía 'no autorizada' de Iker Jiménez, el periodista que se convirtió en un 'caso muy paranormal'

Como cada miércoles, tenemos una cita con las Biografías No Autorizadas de Hoy por Hoy. En esta sección del programa, Àngels Barceló se mete de lleno junto a Roberto Villar en la historia de un personaje, y nos permiten hablar de lo humano y lo divino. En este caso, también de lo sobrenatural. El equipo de misteriosos de Villar ha presentado la biografía ficticia de un periodista dedicado a lo misterioso, a lo esotérico y, últimamente, también a lo muy paranormal: Iker Jiménez. Iker Jiménez tiene muchísima experiencia en temas extrasensoriales y parapsicológicos. De hecho, tal y como cuenta Roberto Villar, Iker es periodista de fenómenos inquietantes desde la cuna. La primera palabra que pronunció fue OVNI. La segunda: Carasdebelmez. Y la tercera: ectoplasma. Y eso porque el pequeño Iker vio su primer fantasma a los cuatro años de edad. A esas tempranas edades, Iker era fanático de los dinosaurios. Sobre todo, del Tiranosaurio. «Hay que desmentir de una vez por todas que, en realidad, su dinosaurio favorito fuera el Bulosaurio», decía Villar. «¿El Bulosaurio?», preguntaba Barceló, sorprendida. «No lo hay. Lo del bulosaurio es un bulo prehistórico», aclaraba Villar. Pero, el verdadero acontecimiento vital, que marcó la carrera y la existencia de Iker Jiménez, y que es primicia absoluta porque jamás se ha desvelado hasta ahora, es que, a la edad de 17 años, Iker fue abducido por extraterrestres. «Doy por descontado que esta revelación ha sido debidamente verificada por tu equipo interdisciplinar», señalaba la directora del Hoy por Hoy. «Así es. Más precisamente, por la División Extraterrestre de mi equipo interdisciplinar, formada por gente, digamos, rara, muy solvente, pero rara», clarificaba Villar. El problema está en que el periodista no es capaz de recordar el nombre del planeta del que provienen los extraterrestres que lo abdujeron. «Seguramente debido al jet-lag por el viaje de ida y el de vuelta, o por la diferencia horaria, no sé. El caso es que mi equipo y yo, después de estudiar todas las pruebas de que disponíamos, hemos decidido que Iker Jiménez fue abducido por habitantes del planeta Cucú», contaba Villar. Aunque el planeta Cucú no aparece en los mapas estelares, Roberto Villar y su equipo han logrado encontrarlo gracias a unos telescopios potentísimos, además de unas «gafas progresivas muy monas». «Una tarde, mientras Iker estaba sentado en el bidé, al que a él le gustaba llamar “La nave del misterio”, se colaron, precisamente por el desagüe del bidé, no uno, sino dos extraterrestres muy muy delgaditos...», comenzaba contaba Villar sobre el encuentro entre Jiménez y los alienígenas. «Los extraterrestres fueron al grano: Iker, chaval, que eres el elegido, venga, ponte una rebequita que en el planeta Cucú refresca por la noche, y nos piramos para allá. Iker no se lo podía creer: siempre había soñado con ser abducido por algún extraterrestre. De cualquier planeta, le daba igual. Menos si provenían de Marte, porque él siempre creyó que Marte está poblado por comunistas bolivarianos, de ahí lo del planeta rojo», detallaba. Tras su estancia en el planeta Cucú, que no se sabe si duró cinco horas, cinco días o cinco años, el periodista logró la doble nacionalidad y, además, conoció a la que se convertiría en su esposa. Allí conoció a su mujer Carmen Porter, también periodista, que hizo parte de la carrera en Cucú. Ambos volvieron a la Tierra y en el año 91, se casaron en una doble ceremonia, por la iglesia católica y la iglesia Cucú. Su matrimonio se consumó en una ceremonia discreta en la que Iker y Carmen pidieron a los asistentes que dejaran los teléfonos a la entrada, explicaba Villar, a lo que Barceló puntualizaba que, en esa época, no había móviles. «Aquí, pero en Cucú ya estaban mucho más avanzados que nosotros», anotaba el colaborador. Para concluir, Roberto Villar ha compartido una opinión personal sobre el periodista: «Debería investigar el misterioso caso de Iker Jiménez, un periodista que antes hacía entretenidísimos programas sobre extraterrestres, leyendas urbanas y casas encantadas y ahora, debido seguramente a la acción de una de esas estelas químicas que dejan en el cielo algunos aviones misteriosos dirigidos por el Gobierno para dominar a la población española, pues ahora hace conspiranoicos programas en los que, digamos, manipula la realidad.»

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Roberto Villar asegura que debería estudiar el misterio de su propio caso

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