Jeff Bridges: la antiestrella de Hollywood

No es de las estrellas americanas que más noticias generan, pero Jeff Bridges es un tipo interesante con una no menos interesante carrera. Es hijo de actores. Su madre fue la actriz Dorothy Simpson y su padre Lloyd Bridges, un actor cuya especialidad eran los westerns. Le vimos, por ejemplo, haciendo de ayudante de Gary Cooper en Solo ante el peligro, aunque mucha gente le recuerda por los papeles cómicos que interpretó en los últimos años de su carrera, como Aterriza como puedas o la saga Hot spot. Jeff Bridges cuenta al respecto la siguiente anécdota. “Cuando iba a rodar Volar por los aires hablé con los productores y les dije: Conozco a un buen actor para hacer de mi tío que, además, se parece a mí. Es Lloyd Bridges. Y me dijeron: sí, pero a tu padre se le relaciona con las comedias del tipo Aterriza como puedas. ¿De qué estáis hablando? Venga hombre, les contesté, Es un buen actor, puede hacer cosas muy diferentes. Al final le dieron el papel”.

Padre e hijo también trabajaron juntos en la película Tucker, un hombre y su sueño a las órdenes de Francis Ford Coppola. El hermano de Jeff, Beau Bridges, también es actor y los vimos juntos en Los fabulosos Baker Boys. Y es que su padre despertó desde muy pronto el gusanillo de la interpretación en sus dos hijos. “Mi padre, al contrario que otros actores de Hollywood, nos animó a mi hermano ya mí para que nos dedicáramos a la actuación. Amaba mucho su profesión y recuerdo que, cuando yo tenía unos ocho años, él trabajaba en una famosa serie de televisión y en un episodio había un papel para un niño. Así que un día me dijo: ¿quieres venir conmigo al rodaje? Y yo le dije: No, no me apetece. Venga y así no tienes que ir al colegio, me insistió. Entonces lo pensé mejor y dije: Ah, bueno, ese sí que es un buen plan”, recuerda el actor.

Durante los años 60 Jeff Bridges actuó como actor infantil y adolescente en diversas series de televisión. En el cine había debutado incluso antes. Fue en 1950, con menos de un año, en la película Libertad bajo palabra en la que su madre tenía un pequeño papel. Jeff hacía, obviamente, de bebé. “Jane Greer me tenía en sus brazos y yo aparezco feliz sonriendo. El problema era que tenía que llorar en la escena y mi madre le dijo: pellízcale un poquito en el pie. Jane no quería, pero mamá insistió y enseguida empecé a llorar”, cuenta como anécdota el actor. Su despegue en el cine llegó en 1971 con el drama La última película, dirigido por Peter Bogdanovich. Con 21 años Jeff Bridges conseguía su primera nominación al Oscar de las siete que ha logrado hasta la fecha. La estatuilla llegaría finalmente en 2010 por la película Corazón rebelde donde interpretaba a un cantante country en horas bajas. En estas casi siete décadas de carrera ha participado en más de setenta películas, en las que hay muchos títulos comerciales, pero también películas de culto. “¿Mis películas favoritas?”, le preguntamos en una ocasión al actor. “Tengo varias, pero voy a mencionar algunas. Siempre es un placer trabajar con mi hermano, así que Los Fabulosos Baker Boys estaría en lo alto de esa lista. El Gran Lebowski,de esos tipos, los hermanos Cohen, que son unos maestros y fue fabuloso trabajar con ellos. Y de los primeros años, La última película, que fue una gran experiencia”, nos respondió.

Él elige tres películas de su filmografía y nosotros sumamos otras siete más de nuestras favoritas para completar la decena. Programador de videojuegos en Tron; alienígena con aspecto humano en Starman; empresario soñador en Tucker; locutor de radio en El rey pescador; presidente de los Estados Unidos en Candidata al poder; Alguacil del Oeste en Valor de ley y ranger de Texas en Comanchería. Y podíamos citar otras, como El amor tiene dos caras, Al filo de la sospecha, Un botín de quinientos mil dólares o Fat city, ciudad dorada.

Jeff Bridges es un tipo relajado y sencillo que huye de la fama y practica la meditación y la filosofía budista. En muchas cosas, dice, se parece a su personaje de El gran Lebowski. Un estilo que, de alguna forma, ha trasladado a su forma de actuar y cuya característica más notable es la naturalidad y la cercanía que transmiten sus personajes. Lleva casado con su esposa, Susan Geston, desde 1977 y tiene tres hijas. Cuando no está delante de las cámaras le gusta cantar y tocar la guitarra, algo que no hace nada mal, como ha demostrado en varias de sus películas. Tiene un estudio de grabación en su rancho y ha publicado tres discos hasta la fecha. Su otro hobby es la fotografía. “Comencé a hacer fotografías cuando estaba en el instituto. Me pasaba horas revelando en el cuarto oscuro y me divertía mucho. Lo que hago en cada rodaje es hacer una colección de fotografías y al final le regalo al equipo un libro con todas ellas”, cuenta. Algunas de esas instantáneas se incluyen en los dos libros de fotografías que ha publicado. El tiempo que le queda lo dedica a la End Hunger Network, una organización benéfica que él lidera para la lucha contra el hambre infantil.

En el año 2020 Jeff Bridges anunció que padecía un cáncer. “Fui a hacerme un TAC y descubrieron que tenía un tumor de nueve por doce pulgadas en el estómago. Linfoma”, recordaba. Por si fuera poco, mientras estaba en tratamiento, contrajo el COVID y pasó cinco semanas ingresado en la UVI de un hospital. “No podía respirar y el dolor al hacerlo era increíble. Mi mujer preguntaba a los médicos: ¿se va a morir? Y ellos solo le decían: hacemos todo lo que podemos”. Afortunadamente el actor superó el COVID y la quimioterapia surgió efecto. Hoy en día, el tumor se ha reducido drásticamente y está en remisión. “Me propuse estar bien para acompañar a mi hija Haleyen su boda. Y lo conseguí. Incluso hice el baile nupcial. Fue realmente fantástico”, recordaba el actor.

Este año el actor ha regresado al trabajo. Ha rodado la segunda temporada de The old man, la serie de televisión en la que da vida a un ex agente de la CIA, y ha recuperado su personaje de Flynn, en Tron Ares, su tercera participación en esta franquicia cibernética de la Disney. No hay duda, Jeff Bridges está de vuelta y podrá seguir haciendo lo que más le gusta en el mundo: ser actor. “Es un deporte de equipo y a mí me encanta trabajar con artistas. En un rodaje tenemos muy poco tiempo para lograr hacer algo bueno así que hay que ponerse rápidamente a trabajar todos juntos, abrirnos los unos a los otros y crear una especie de fraternidad que es algo maravilloso. A menudo pienso: así es como debería funcionar el mundo”, dice.