La izquierda y la ultraderecha tumban en la Asamblea francesa el Gobierno de Barnier
Los diputados de la coalición de izquierdas y la ultraderecha han sacado adelante la moción de censura contra el primer ministro conservador, Michel Barnier, con 331 votos
Europa Press
París
Los diputados de la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular y los de la ultranacionalista Agrupación Nacional han votado a favor de destituir a Michel Barnier como primer ministro de Francia, apenas tres meses después de que tomara el cargo a propuesta del presidente galo, Emmanuel Macron. Han conseguido reunir 331 votos (con 288 bastaba) para sacar adelante la moción contra el veterano político, elevado por Macron a la Jefatura de Gobierno en un contexto político complicado para el mandatario.
Barnier gobernaba hasta ahora en minoría junto a la derecha tradicional, macronistas y centristas. Ante la dificultad para aprobar los presupuestos, el lunes recurrió al artículo 49.3 de la Constitución francesa, que contempla la posibilidad de aprobar leyes esquivando la votación parlamentaria a cambio de tener que someterse a una moción de censura.
La primera moción ha prosperado y no ha hecho falta recurrir a la segunda que había presentado el Nuevo Frente Popular de Le Pen para hacer caer al Gobierno de Barnier, dejando al país a las puertas de una nueva crisis política. El hasta ahora primer ministro ha aprovechado su discurso antes de la votación para asumir su derrota y despedirse de los ciudadanos. "Quiero decir que para mí ha sido un honor haber servido dignamente a Francia y a los franceses", ha indicado el político antes de que triunfe la moción presentada contra él.
La Asamblea Nacional francesa tenía dos mociones de censura en la agenda: la presentada por los diputados de la coalición de izquierdas del Nuevo Frente Popular (La Francia Insumisa, los socialistas, los verdes y los comunistas) y otra de la ultraderechista Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen. Tan solo ha hecho falta la primera.
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La propia Le Pen anunció que votaría a favor de la moción de censura de la izquierda para acabar "con un Gobierno de apariencias" que ha querido "prolongar las políticas" del presidente, Emmanuel Macron, y que "por intransigencia, dogmatismo y sectarismo ha impedido la más mínima concesión" a la oposición.
El actual hemiciclo es el más fragmentado que se recuerda en las últimas décadas, con tres grandes bloques casi a partes iguales: el de la izquierda, el del centro macronista y el de la ultraderecha de Le Pen y sus aliados. Ninguno de ellos es mayoritario por sí solo.
Por qué se produce esta moción de censura
La moción contra el gabinete de Barnier se produce por el rechazo a los Presupuestos Generales de 2025, solo apoyados por los macronistas y la muy minoritaria derecha clásica que representa el propio Barnier (Los Republicanos). Después de que la moción ha prosperado, en Francia no se vota a un candidato alternativo, como sucede en otras democracias europeas.
Así, corresponde al presidente de la República, Emmanuel Macron, buscar una solución, sabiendo que, constitucionalmente, no puede convocar nuevas legislativas hasta mediados de 2025. Según la prensa francesa, Macron maneja dos nombres que podrían contar con el visto bueno implícito de Le Pen: el del actual ministro de Defensa, Sébastian Lecornu, y el del veterano centrista François Bayrou.
Barnier: "Francia atraviesa una realidad que no desaparecerá con una moción de censura"
Michel Barnier ha asegurado que Francia "atraviesa una realidad" difícil en términos económicos "que no desaparecerá con una moción de censura", según dijo en la Asamblea Nacional poco antes de la votación.
En un marcado tono de adiós, en el que llegó incluso a despedirse del personal de la Asamblea, pese a que restaban unos minutos para el inicio de la votación, Barnier hizo un último llamamiento a la "responsabilidad" y alertó de los peligros que corre el país en caso de que caiga su Gobierno. "No me resigno a la idea de que la desestabilización institucional pueda ser el objetivo que una en esta cámara a una mayoría de diputados", dijo el exnegociador europeo del Brexit, que ha caído por la unión de los votos de la izquierda y de la extrema derecha.
El hasta ahora jefe del Gobierno negó que haya presentado unos presupuestos de austeridad, aunque reconoció que le hubiera gustado "repartir más dinero, pero no lo había". Con una deuda de 3,2 billones de euros, dijo, Francia debe pagar cada año 60.000 millones de euros de reembolso de su deuda, una factura que puede crecer si, como auguró, los tipos de interés suben por la inestabilidad del país.
El primer ministro advirtió de un periodo "más difícil y más grave" prosperando la moción de censura, y señaló que habrá una pérdida de poder adquisitivo para los ciudadanos porque sin las medidas presupuestarias que había previsto tendrán que pagar más impuestos. Además, dijo, se paralizará la contratación de policías y militares previstos para luchar contra la creciente inseguridad y no se podrán aplicar las medidas de apoyo que se habían acordado con el sector agrícola.
"Sin contar con las incertidumbres y los riesgos que esta situación acarrea", dijo el primer ministro, que pasará apenas tres meses en el cargo, el periodo más breve desde la Segunda Guerra Mundial. "No temo esta moción de censura. Lo que está aquí en juego es nuestra capacidad colectiva de acercarnos, de superar las divisiones, de tener como único rumbo el interés general", dijo.
A modo de despedida aseguró: "Siento como un honor haber sido y ser el primer ministro de todos los franceses. Cuando esta misión se acabe, que puede ser muy pronto, quedará para mi el honor de haber servido con dignidad a Francia y a los franceses".
Le Pen apoyará la moción
La líder ultraderechista en Francia ha cargado contra el primer ministro acusándole de apoyarse en las mismas recetas que Macron, "desautorizadas en las urnas" en las pasadas elecciones legislativas, lo que le convirtió en "un Gobierno desprovisto de bases democráticas". "La política del caos sería no acabar con este Gobierno", ha declarado ante el pleno de la Asamblea Nacional, Le Pen, que con su grupo de 140 diputados que ha sido la llave para derribar al Ejecutivo de Michel Barnier.
Asimismo, ha asegurado que Barnier rechazó las exigencias de su grupo en materia de inmigración, de lucha contra la inseguridad y de protección del poder adquisitivo, y le acusó de aplicar "una contabilidad fría, ideada en despachos burocráticos sin ponerse en el lugar de los ciudadanos" a la hora de elaborar el proyecto de presupuesto.
"Este presupuesto va contra los franceses, sobre todo los más débiles, los que tienen una pequeña pensión, los enfermos, los trabajadores pobres, esos considerados demasiado ricos para ser ayudados y no lo suficientemente pobres como para ahorrarles la apisonadora fiscal", aseguró. La líder de la extrema derecha confirmó que apoyaría la moción de censura presentada por la izquierda, pero rechazó toda alianza con ellos, a quienes calificó de "cheguevaristas de carnaval".
Además, Le Pen ha acusado a Macron de la situación delicada en la que se encuentra el país, pero no ha pedido su dimisión: "Solo él puede concluir si puede mantenerse, si puede seguir sacrificando la suerte de los franceses por su propio orgullo y seguir afrontando el despecho de los franceses".
Al tiempo, indicó que su partido está "preparado para abrir una nueva vía de recuperación" que "pronto llegará al poder y será el salto de esperanza que aguarda el país".