Beatriz Serrano se inspira en la Virgen María para reivindicar a toda una generación: "Podría ser cualquiera de ellas"
La escritora y periodista homenajea a las madres de la España de los 80 y los 90
Beatriz Serrano se inspira en la 'Virgen María' para reivindicar a toda una generación: "Podría ser cualquiera de ellas"
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El pasado 5 de noviembre, Beatriz Serrano daba a luz a su segunda novela, Fuego en la garganta. La joven autora que arrasó en las librerías con su primer libro, El descontento, ahora vuelve a rozar el éxito llevando su nuevo trabajo a la final de los Premios Planeta 2024. Haciendo uso del costumbrismo y, en ocasiones, el realismo mágico, Fuego en la garganta ahonda en la soledad, en el abandono, en el peso de la herencia familiar y en la búsqueda de la identidad.
En su paso por Hora 25, Aimar Bretos ha querido indagar junto a la escritora y la periodista en mayor profundidad sobre uno de los personajes principales: la madre de la protagonista. El presentador ha asegurado que mucha gente, cuando lea Fuego en la garganta, se "sentirá reflejada" en la madre de Blanca y cosas que escribe en su diario a lo largo de la novela. Serrano no podía hacer otra cosa más que subrayar: "Las cosas que no se pueden decir en voz alta, esto es un tema".
Las entrevistas de Aimar | Paloma Sánchez y Beatriz Serrano
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La madre de Blanca es una madre de finales de los 80 y principios de los 90 que representa a toda una generación de mujeres que "podían ser muchas cosas, pero seguían siendo una". "Seguían siendo las amas de casa, que al mismo tiempo tenían que ser esposas perfectas, tener vida social, a veces salir a trabajar, a veces renunciar a ese trabajo", explica Serrano. La escritora asegura que, con este personaje, ha querido visibilizar a esa generación de madres que se les pedía que fuesen muchas cosas, aunque para serlo, tuviesen que renunciar a otras muchas.
Con este homenaje, la escritora y periodista ha tratado de entender a un grupo de mujeres a las que ha comparado con "una olla a presión". Y parece que lo ha logrado con creces porque, tal y como la propia Serrano cuenta, muchos amigos suyos que han leído la novela le han agradecido el análisis y lo que les ha ayudado a comprender a sus propias madres.
"Aquellas madres que de repente estaban cabreadas y no sabías por qué. Que llegaba la hora de la cena y te metían cuatro gritos porque tú te estabas retrasando con las tareas. Eran mujeres que habían aprendido, que habían salido al mundo y se las había vuelto a meter en el sitio donde habían estado también sus madres", declara Serrano. De hecho, Serrano insiste que son precisamente esas mujeres las que han tratado de asegurarse de que sus hijas no sean así, dándoles las oportunidades para ser diferentes.
Para darle mayor simbolismo, la autora decidió no ponerle nombre a la madre de Blanca. Beatriz Serrano detalla cómo, a lo largo de la novela, sobrevuela una simbología religiosa, de la familia estructurada alrededor de la educación católica a lo largo de las generaciones. "Yo pensaba mucho en la madre de Dios, la Virgen María. Tiene siempre nombres distintos como la Virgen de Fátima, la Virgen del Pilar, la Virgen de Montserrat. Pero luego, es siempre la misma mujer", explica Serrano, realizando una comparación con las mujeres "sufridoras silenciosas" a las que trata de homenajear. "Podría ser cualquiera de ellas, lo que pasa es que esta es la que ha escapado", sentencia.
Laura García del Valle
Periodista y SEO. Viví en Londres durante 5 años, pero la COVID me obligó a hacer las maletas y volver...