El Papu Gómez, sobre su positivo en doping: "La notificación me llegó cuatro días antes de la final del Mundial, pero no se lo dije a nadie"
El argentino relata en una entrevista cómo es su nueva vida tras la inhabilitación
El 'Papu Gómez' se convirtió en Alejandro Gómez hace dos años, cuando su vida cambió para siempre. De la cima del mundo como futbolista a la oscuridad más profunda al recibir la sanción más alta por dopaje.
El centrocampista argentino dio positivo con la camiseta del Sevilla y la notificación le llegó durante el Mundial de Qatar de 2022 con la selección albiceleste. Lo cierto es que el 'Papu' se coronó campeón el mundo y después... desapareció.
"Estoy trabajando en aceptar que el personaje del 'Papu Gómez' está llegando a su fin, está dejando de existir y que ahora soy una persona común y corriente", comenzó el argentino.
El exsevillista acepta que está "trabajando el ego", para renacer y subsistir "como 'Alejandro'". El reto al que se enfrenta el 'Papu' no es sencillo, pues de "ser campeón del mundo" a aceptar que "nadie" le llame y "desaparecer del medio o no jugar más".
Pese a ello, el argentino ha aprendido a "relativizar", puesto que "ni cuando estás allá arriba eres el mejor, ni ahora eres el peor". La ilusión del argentino "por volver" estaba ahí, pero lo peor llegaría después: "Cuando me cayó la pena máxima se me cayó el mundo".
El 'Papu' recordó esa fatídica noche que le condenó: "Generalmente, me tomaba una pastilla después de los partidos, porque me costaba mucho dormir. Me acuesto y en mitad de la noche me da un ataque de tos. Le digo a mi mujer que me de un jarabe para la tos. Estaba el de mi hijo más pequeño, de Milo, y me da una tacita pequeña. Me la tomé".
Poco después, un control antidoping "sorpresa" y un cúmulo de hechos desafortunados. "Si yo le hubiera informado del jarabe, no hubiera pasado nada, estaba declarado", lamenta el centrocampista. La notificación le llegó "cuatro días antes de la final del Mundial" y el argentino lo recuerda como "horrible", por la desesperación de "qué iba a pasar".
Además, el centrocampista ocultó esa información a sus compañeros de selección, para no perder el foco en la final: "No se lo dije a nadie, me parecía muy egoísta, no quería que se pensara en otra cosa que no fuera la final del Mundial. Muchas veces pensaba, 'si soy campeón del mundo no juego más'. Pasé de ser campeón del mundo a no jugar más", argumentó
Ahora, el 'Papu' entrena en un equipo de la Serie C, donde "está volviendo a empezar" y se siente con la ilusión "de un chico que quiere debutar en primera". Por eso, aún tiene esperanzas de continuar su carrera en Italia, aunque le equipo que le fiche "tiene que entender que Papu Gómez es un jugador de 37 años que viene de una inactividad grande".