El ejército israelí ha llevado a cabo unos 250 bombardeos aéreos en Siria desde la caída de Bachar el Asad la madrugada del domingo, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Esta ONG, ubicada en el Reino Unido pero que cuenta con una amplia red de colaboradores sobre el terreno, estima que las fuerzas aéreas israelíes han realizado esa cifra aproximada de ataques aéreos desde que los insurgentes entraron en Damasco y Al Asad huyó a Moscú junto a su familia la madrugada del domingo. La caída de Damasco se produjo en el marco de una ofensiva que comenzó el pasado 27 de noviembre liderada por el Organismo de Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham o HTS, en árabe), heredera de la exfilial siria de Al Qaeda, que ahora busca el traspaso de poder en Siria. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos había indicado el lunes que la aviación israelí bombardeó ese día buques militares en el puerto mediterráneo sirio de Latakia, así como almacenes de armas en varias localidades en las afueras de esa urbe. Asimismo, ha indicado que otros objetivos militares del Ejército del depuesto presidente sirio, en las afueras de Damasco y de otras ciudades sirias, como Mahaja, al norte de la provincia de Daraa (sur), también fueron atacados por la aviación israelí. Según esta fuente, «Israel ha destruido todos los aviones de combate en los aeropuertos, además de algunos radares y depósitos de armas, desde que Bachar el Asad huyó de Siria tras el derrocamiento de su régimen». El Ejército israelí confirmó el lunes que había entrado en la parte siria del Monte Hermón, dentro de la zona desmilitarizada, tras la toma de Damasco por la insurgencia. Fuentes gubernamentales israelíes esgrimieron después que sus tropas han penetrado como máximo dos millas desde la frontera, que Israel fija en los Altos del Golán que ocupó en 1967 y se anexionó en 1981. El embajador de Israel ante la ONU, Danny Danon, dijo este lunes que su país ha tomado «medidas limitadas y temporales» en la frontera sirio-israelí debido a la «amenaza para la seguridad» de sus ciudadanos y aseguró que el Estado judío «no interviene en el conflicto entre los rebeldes en Siria». El Asad huyó de Siria y pidió asilo en Rusia tras ser depuesto el domingo por la coalición que tomó entonces el control de la capital siria tras hacerlo en las ciudades de Alepo, Hama y Homs en una ofensiva relámpago de menos de dos semanas.