La nueva esperanza de vida catapulta los 'divorcios grises'
Son varios los factores que hacían que las parejas descartaran la separación
Antaño podía creerse que el divorcio estaba instaurado en las parejas jóvenes. Las ganas de vivir, la diferencia de caracteres y, en algunos casos, la precipitación al tomar la decisión de ligar sus vidas eran algunos motivos por los que se daban las separaciones, sin olvidar casos más traumáticos como infidelidades, desatención o malos tratos. Sin embargo, esto ya no es un hecho puramente exclusivo de la juventud, sino que ha crecido mucho la tendencia en edades más avanzadas.
Cada vez crecen más las desvinculación de parejas maduras, con un aumento significativo en personas de más de 50 años. Se empieza a estabilizar esas decisiones mientras que disminuye en las parejas jóvenes, surgiendo una nueva denominación de 'divorcio gris', llamado así en referencia al color que va tomando el pelo con el paso de los años y la aparición de las canas. Estas separaciones tardías, con datos en la mano, se corresponden a diferentes aspectos y motivaciones que van surgiendo en las personas.
De la conciliación familiar a unos mejores últimos años
Según los datos de los expertos, el número de divorcios entre mayores de 50 años ha crecido exponencialmente en las últimas décadas, presentando un incremento de entre el 14% y el 33%, con especial énfasis en aquellos que superan los 60 años, que marcan en torno al 3,5 y el 10% de los divorcios totales, triplicando el número de casos con respecto a la década de los 90, en relación a las estadísticas recogidas por diferentes institutos de estudios demográficos de todo el mundo.
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Aparecen varios condicionantes para esto. Entre ellos está el hecho de que se suele posponer este tipo de decisiones por la conciliación familiar. Las parejas con hijos, en muchas ocasiones, no se atreven a separarse por la creencia de que esto afectará a los pequeños y, cuando estos crecen y hacen sus vidas fuera de su primer entorno familiar, es cuando toman la determinación de separarse en una especie de pensamiento de ya haber cumplido con su deber en la crianza.
Otra de las razones que han frenado divorcios es la inseguridad material. A veces, después de muchos años en pareja, se tenía el miedo de no poder afrontar la vida por separado y llegar a cubrir gastos, por así decirlo, un pensamiento que se arraigaba a las mujeres, que antaño no tenían la independencia económica de la que ahora sí gozan. Este avance ha generado que el número de esposas que toman la determinación de separarse sea mayor que el de los maridos, llegando varios estudios a apuntar a cerca de un 70%.
En este sentido, entra de lleno el aumento de la esperanza de vida. En el pasado no se gozaba con una longevidad tan alta como en la actualidad, al menos no con el bienestar que se tiene en estos momentos, así que con la seguridad de tener años por delante con un buen estado de salud y físico, surgen los pensamientos de querer unas últimas décadas de tu vida descubriendo nuevas cosas, saliendo de la rutina y descubriéndose a sí mismos. Ahí entra también el aspecto de poder vivir con una mayor vitalidad gracias a la mencionada esperanza de vida. La tendencia del desarrollo personal e individual influye mucho en estas decisiones y, por lo que parece, los 'divorcios grises' seguirán aumentando, porque ya no tienen la sensación de necesitar a alguien para continuar.