Me he tomado una cerveza en una tarde en tres países diferentes simplemente cruzando este puente
Una mujer ha sido capaz de visitar Suiza, Francia y Alemania en el mismo día
¿Beberte una cerveza en tres países diferentes en solo una tarde? Suena surrealista, pero es posible. Una mujer ha relatado en el medio británico 'Daily Express' cómo ha llevado a cabo esta sorprendente hazaña. Un simple puente es la clave para estar en Suiza, Francia y Alemania en solo un día.
"Estuve de vacaciones en Suiza en noviembre y me encontré en Basilea, así que leí un poco sobre lo que había para hacer allí y encontré dos datos interesantes y relacionados", comienza relatando.
Existe una línea de tranvía que llega a Alemania, y al cruzar la frontera, esta línea tiene una parada junto a una pasarela que permite caminar hasta Francia. El 'Puente de los Tres Países' cruza el río Rin y une a dos de las naciones más grandes de Europa, con la frontera suiza situada un poco más al sur, lo que le da su nombre.
"Después de una mañana de visitas turísticas, pequeños paseos en ferry y catedrales en Basilea, decidí que no tenía muchas opciones: una cerveza en cada uno de los tres países me parecía una forma perfecta de pasar la tarde", continúa contando la mujer.
Dicha mujer relata el desafortunado comienzo que tuvo su travesía. "Tomé el tranvía 8 hacia lo que pensé que era la parada de tranvía correcta. Pero no, para mayor confusión hay dos puentes, ambos con paradas de tranvía en la misma ruta".
No fue muy lejos cuando llegó a la frontera alemana y la policía intervino, ya que el país restableció temporalmente los controles fronterizos a pesar de ser parte del espacio Schengen.
"Todos pasaron rápidamente por el control de sus pasaportes y pronto estuve al lado del Puente de los Tres Países. "Decidí comenzar más lejos, así que caminé hacia Francia, deteniéndome para tomar algunas fotografías mientras un barco portacontenedores navegaba por el Rin debajo de mí". Fue cerca de ese lugar donde decidió parar en un bar de la zona a tomarse una cerveza.
Tras esa breve parada en Francia, volvió a Alemania para tratar de seguir el mismo proceso. "Encontré un bar deportivo lleno de humo a la vuelta de la esquina que vendía pintas de Rothaus", una cervecería propiedad del estado federal en el que se encuentra la ciudad.
Por último, para su viaje de vuelta, asegura que "simplemente tomé el tranvía de regreso al centro de la ciudad de Basilea, fui al pub y pedí una cerveza", concluye.